EL LEGÍTIMO “XUN”
Al continuar su relato bajo las sombras de la noche, sentados en las bancas de un viejo parque, donde un centenario ceibo apenas permite filtrar los rayos de la luna de plata, don Julián, el viejo exsirviente de la mansión del Sátrapa Negro recordó:
De todo se valió la Tía Rata para tratar de salirse con la suya y conseguir el amor de su amoroso Romeo. Recurrió a mil artilugios del arte de la seducción, ingresó a la santería, le envió costosos y exclusivos regalos y le practicaron varias cirugías para rejuvenecerla. Sin embargo, la obsesión amorosa del pretendido se mantenía firme y leal hacia sus votos matrimoniales.
El trato del moderno Romeo hacia la Ratota fue respetuoso y diplomático. Dejó en claro que jamás abandonaría a su cónyuge e hijos por tener aventuras, y que su segunda prioridad era continuar con su carrera política para llegar a gobernar algún día a su reino natal.
De ahí se valió la hija del cacique para no dejar de atosigarlo, hasta que un buen día, el Romeo de Chiapas sucumbió a la seducción y accedió a tener una relación extramarital, escondida, de amantes (o sea era su “xun”, como se les dice en maya, aclaró don Julián), con la principal heredera de la vasta fortuna del Sátrapa Negro.
Él puso como condición que existiera mucha discreción, pues no es propio de los amantes pregonar a los cuatro vientos su amor secreto. Se propuso, ciertamente, aprovecharse de las buenas relaciones de su amante y de su papá para escalar políticamente, pero de amor y compromisos serios, nada.
Y como se esperaba, fue ella la que rompió el pacto. Pues, como niña mimada, se obsesionó con la idea de tener nada más para ella ese juguetito y se encargó de protagonizar escándalos con la familia de su obsesivo amor. Acudía a la casa familiar de su “xun” para armar broncas, y lanzaba todo tipo de amenazas a sus hijos y esposa, para que lo dejaran “libre” para ella.
Esas actitudes terminaron de convencer al Romeo tropical, que su amante no estaba bien de sus facultades mentales, y se dispuso a asumir las consecuencias. La principal es que por culpa de la Ratota se había destruido su matrimonio de muchísimos años, además de su reputación de hombre probo, jefe de familia y respetuoso de las leyes.
Pese a ello decidió aprovecharse de la relación y esperar el momento de la venganza. Aún había mucho trecho de su carrera política por recorrer y sin duda que para alcanzarlo tendría que recurrir a la ayuda de la hija del Sátrapa Negro.
(Continúa…)
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