Tribuna Campeche

Diario Independiente

EL ELEFANTE DE LIGIA

Si sus recomendaciones son un cero a la izquierda, la ombudsman campechana debió entregar su renuncia para evidenciar en todo el país y en el mundo, que en Campeche este organismo no funciona…

Seis meses después de que más de 600 policías sublevados, pidieron la intervención de la Comisión de Derechos Humanos del Estado de Campeche (Codhecam), para que investigue y emita las resoluciones correspondientes por los abusos que sufrieron, la institución que preside Ligia Rodríguez Mejía no ha podido hacer nada por los quejosos.

Es cierto que la Codhecam emitió algunas medidas cautelares favorables para los policías que realizaron paro de protesta durante tres meses, pero ninguna de ellas surtió efecto. Ni la que planteó que se suspendiera  provisionalmente de sus funciones a la negligente Marcela Muñoz Martínez, para que se contara con todas las facilidades para hacer una investigación imparcial, ni la que exigió que no se descontaran los salarios de los policías rebeldes.

También pidió que no se ejercieran actos de represión contra los uniformados pero ya vimos que 97 de ellos fueron despedidos sin cumplir con los procedimientos ni protocolos establecidos en la ley, y sin que la Comisión de Derechos Humanos pudiera hacer nada al respecto.

Vaya tremenda paradoja la que ha venido enfrentando Rodríguez Mejía con la institución a su cargo. Por un lado, impedida de defender los derechos humanos y las garantías individuales de los elementos policiacos, que han sido por lo común los destinatarios más frecuentes de sus recomendaciones, y por otro, dando pruebas evidentes y fehacientes de la inutilidad de su existencia.

En un arrebato de dignidad, Ligia Rodríguez Mejía y la totalidad de sus visitadores debieron haber renunciado tras comprobar que las medidas cautelares que emitieron se las pasaron la gobernadora Layda Sansores y sus asesores jurídicos por el arco del triunfo. Si sus recomendaciones son un cero a la izquierda, la ombudsman campechana debió entregar su renuncia para evidenciar en todo el país y en el mundo, que en Campeche este organismo no funciona.

Pero no. Se dice que Rodríguez Mejía está esperando una promoción para avanzar en su carrera burocrática. Que va ser la próxima vicefiscal de Derechos Humanos de la Fiscalía General del Estado y que su meta final es ser magistrada del Tribunal Superior de Justicia. Y puede ser que lo logre, pues los favores que le deben son de tal dimensión, que permitieron que la inepta y corrupta Marcela Muñoz permanezca en el cargo.

Pero sin duda que su logro principal será haber demostrado que la Comisión de Derechos Humanos del Estado de Campeche es un cero a la izquierda. Un elefante blanco cuyas resoluciones y recomendaciones no son acatadas, o, se acatan en la medida que le convenga al Gobierno del Estado, lo que, a final de cuentas,  deja a la ciudadanía en la absoluta indefensión. Gracias pues, Ligia Rodríguez Mejía.

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