Tribuna Campeche

Diario Independiente

EXPEDIENTE | NO CESAN LAS INFAMIAS DE LAYDA

El rostro avejentado, la sonrisa forzada, fingida y falsa, la voz quebradiza e insegura, la postura corporal que refleja miedo, los ojos que parpadean en infinidad de ocasiones denotando que mienten y la necesidad de buscar respaldo en su desviadito patiño para que le dé  la razón de inmediato, confirman que la gobernadora Layda Elena Sansores San Román se sabe derrotada en este conflicto que enfrenta con los policías y con miles de campechanos.

Su mirada denota desesperación. Corrobora que todas las estrategias que ha implementado para someter a sus adversarios fracasaron rotundamente, y que la escasa imaginación, producto de la parálisis mental de sus asesores, ya no le dejan mucho margen de maniobra para salir avante en este conflicto, que prolonga innecesariamente.

En la más reciente emisión de su “Martes de Jaguar”, la gobernadora no sólo desacató el amparo definitivo concedido a los policías para que no se refiera a ellos burlescamente, no los difame, ni los amenace, recurrió a las mentiras más burdas con tal de desacreditar a la  masiva concentración ciudadana del pasado sábado 13 de abril, en que miles de voces le exigieron que se largue de Campeche.

Decir que cada uno de los marchistas cobró entre 500 y mil pesos por acudir a la concentración masiva, y no aportar ni una sola prueba de sus dichos, sacó a flote todo el ardor y el rencor que alberga en su atormentada alma, que le está ocasionando que se pudra en vida.

En su afán de minimizar la asistencia masiva, Sansores y el enfermo sexual que tiene como acompañante en su programa, admitieron sin embargo que a la marcha “en que se esperaba a 50 mil, acudieron solamente cinco mil personas”, lo que una vez más nos revela el pánico que le da a ella y a su equipo, este inusual despertar ciudadano en épocas muy peligrosas para el sostenimiento de su partido como el mayoritario en la entidad.

Acusar que la marcha fue acto anticipado de campaña, sólo porque los participantes corearon en infinidad de ocasiones “Fuera Morena”, nos habla del pánico de Layda Elena y sus asesores, que se saben derrotados de antemano, y que van a recurrir a todo tipo de artimañas y recursos logísticos y económicos para impugnar los resultados electorales.

Ignora la mandataria, o se hace, que las campañas las hacen los candidatos, no los ciudadanos, y que fueron éstos los que, en ejercicio de su libertad de expresión y de manifestación, salieron a las calles para gritar su rechazo a ese partido que la postuló para la gubernatura y que se ha convertido en gigantesca decepción.

Pedirle al INE que investigue por qué diversas asociaciones civiles pidieron a los campechanos que junto con su firma para exigir juicio político a Marcela Muñoz Martínez, presentaran copia de su INE, a fin de anotar las claves de elector que se presentarán ante el Congreso del Estado, nos habla del pánico, porque sabe que los ciudadanos se han organizado en su contra, y que sin el sustento legal de esas firmas, no tendrían validez ante el Congreso del Estado. Esperaban recabar mil 500 firmas y se lograron más de cinco mil. ¿Es gravísimo o no el pánico?

Y es que esas firmas avaladas con el INE de cada ciudadano que se sumó al llamado, no fueron para afiliarse a ningún partido. Fueron para solicitar juicio político a la señora Muñoz Martínez, protagonista principal de este innecesario enredo, y quien, carente de dignidad, ha preferido que su querida amiga gobernadora pierda a todo un pueblo, con tal de conservarla a ella, sus negocios, sus pactos con la delincuencia organizada y su cariño.

Ha decretado la señora Sansores el fin del diálogo con la comisión de representantes de los policías sublevados. Su soberbia, autoritarismo y cerrazón, ordenaron que quien quiera dialogar con ella, que lo haga de manera personal, sin intermediarios de ningún tipo, con lo que, una vez más, intenta obligar a los uniformados a que deserten del movimiento, a cambio de algunas prebendas como —según ella misma confesó—, un nuevo comedor en donde habrá un chef que les preparará diversos platillos para “consentirlos”. Qué ridiculez, qué ofensa, en serio. Dignidad a cambio de un chef.  Vaya, vaya.

Sansores asegura que a la marcha llegaron autobuses procedentes de Tabasco, que fue patrocinada por los exgobernadores Antonio González Curi y Salomón Azar, que fue movilizada por los partidos, que estuvo la mano de Eliseo y de Alito, que pagaron de 500 a mil pesos por marchista, etcétera. Un catálogo de infamias, calumnias y mentiras contra más de 15 mil campechanos —algunos aseguran que fueron más de 30 mil, lo cual es muy probable— a quienes ha ofendido sólo porque se oponen a sus decisiones.

Sean 15 mil o 20 mil los que hayan marchado, y los que no fueron por la campaña de miedo que difundieron sus asesores antes del evento, Layda se puso del lado equivocado de la historia, y sus ofensas contra la dignidad de los miles de marchistas se la van a cobrar muy caro en las urnas. Está muy cerca su catástrofe.

Al tiempo.

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