El saldo político-matemático de la anciana mandataria campechana no habla de sumas y multiplicaciones, sino de restas y divisiones. Lo único que la corrupta Sansores ha multiplicado es su fortuna y la de su familia…
DESCONTÓN MORAL
La doctora carmelita María Sierra Damián, quien ha sido por sus propios méritos, y no por posiciones plurinominales, diputada local y federal por el partido Morena, decidió “retirarse” de la actividad política, decepcionada por el pésimo desempeño que ha tenido la farsante gobernadora Layda Elena Sansores San Román.
Si bien es cierto que la doctora, muy apreciada en la sociedad carmelita, terminó muy dolida con su partido, al negarle la oportunidad de contender por la senaduría, con lo que además, despojaron a los carmelitas de su escaño en la Cámara de Senadores, pese a ello continuó apoyando el proyecto de la cuarta transformación desde su trinchera, hasta que los excesos de la senecta mandataria acabaron con su paciencia.
No es la doctora Sierra Damián una improvisada, arribista ni recibió padrinazgos para las posiciones que obtuvo. Todo fue por sus propios méritos y con trabajo arduo. Por eso se sintió defraudada con la llegada de Jorge Luis Lavalle Maury a la Secretaría de Desarrollo Económico, luego de su ignominioso pasado y de sus vínculos con lo más corrupto que hay en la política mexicana.
Antes de retirarse, la doctora Sierra Damián aconsejó a la corrupta Sansores San Román “reflexionar y analizar el precio que se va a pagar por la decisión tan negativa de traer a su Gobierno a Jorge Luis Lavalle Maury, lo que era innecesario y no se justifica, pues es incongruente su acción con el lema de Morena de no mentir, no robar y no traicionar”.
También pidió que “Campeche no sea tierra de piratas, pues el partido Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) se está llenando de gente que no se identifica con la ideología de la 4T” y como despedida, propuso a los campechanos impulsar la revocación de mandato, como medida higiénica, antes de que todo el Gobierno se sature de corrupción.
No es un golpe moral contra la perversa Sansores San Román. Es, como le llaman los pugilistas de barriada, un auténtico “descontón”, un fulminante gancho al punto más débil del nefasto Gobierno de la señora Sansores. Y es también una prueba más del clima de hartazgo que crece a pasos agigantados por todo el territorio campechano.
Es muy probable que la reacción de la hipócrita y convenenciera Layda Elena, sea la de desacreditar la calidad moral de la doctora Sierra Damián. Algo le encontrará en su pasado, y seguramente argumentará que es una emisaria de Alito o de Elito, para desestabilizar a su nefasto Gobierno.
La realidad de las cosas es que el saldo político-matemático de la anciana mandataria campechana no habla de sumas y multiplicaciones, sino de restas y divisiones. Lo único que la corrupta Sansores ha multiplicado es su fortuna y la su familia, así como el repudio de los campechanos a su fallida gestión, con abultado balance negativo, que debería preocupar a los estrategias de su partido, porque cada vez son más los que la repudian y menos, mucho menos, los que se tragan sus mentiras.
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