Luego de las monumentales pifias de la Administración Sansorista, ante los nulos resultados en materia de crecimiento y desarrollo económico, generación de empleos, implementación de programas sociales, y la creciente incidencia delictiva que ha incrementado de manera alarmante la cifra de homicidios dolosos, se ha generalizado en la población campechana la propuesta de convocar a la “revocación de mandato”.
No hay que ir muy lejos para percibir que ese clamor popular va en aumento. Basta con revisar las encuestas sobre evaluación de desempeño que han difundido recientemente las casas encuestadoras, y que ubican a la perversa Layda Sansores como la segunda peor gobernadora del país, para entender que el grueso de la población campechana la detesta.
Si a ello le sumamos la reacción ciudadana que se puede leer en los comentarios de las redes sociales, entonces la impresión de un creciente repudio popular también aumenta. Y conste que hay que revisar no solamente las reacciones a las publicaciones que dan cuenta de las frecuentes decisiones erróneas y de las acciones equivocadas de la senecta mandataria, para darnos cuenta de la masiva desaprobación a este reprobado Gobierno.
También hay que revisar las publicaciones pagadas con dinero público, en las páginas al servicio de la mandataria y en donde se da cuenta de sus “logros” y de sus “acciones”, para descubrir que también ahí, los comentarios son de repudio, de rechazo, de reclamo por sus nulos resultados. A simple vista, ese hecho nos reafirma que la estrategia de difusión de la imagen pública de la anciana, es también un rotundo fracaso. Y tiene que serlo, por el camino que lleva su Gobierno.
Pero también nos confirma que el pueblo campechano está atento a todo lo que hace y deja de hacer su ineficiente gobernadora. La opinión pública, expresada en ese intercambio de comentarios que se puede apreciar en las páginas digitales, ha sido mayoritariamente adversa a la corrupta señora Sansores, y no lo han podido contrarrestar los miles de bots que maneja su drogadicto sobrino Seso Loco.
A estas alturas, los campechanos que opinan en las redes sociales ya identifican quiénes son los bots de uno y otro bando. Quiénes defienden a rabiar las acciones de la mentecata Layda Elena, y quiénes están adiestrados para “atacar” a los medios que hemos asumido posturas críticas desde hace muchos años.
Lo que de verdad sorprende es su escasísima imaginación para ofender a sus contrarios. Porque hay que precisar que los bots sansoristas-morenistas no argumentan, sino que tratan de lastimar con insultos y ofensas a quienes no piensan igual.
Lo que ha llamado la atención es el incremento notable de personas que están exigiendo que se convoque a la “revocación de mandato”, y es común leer en varias de las páginas que existen en la entidad, la pregunta de “en dónde firmo”, para reiterar su exigencia de una convocatoria pública para que la mayoría del pueblo campechano vote para que se vaya de vacaciones perpetuas la ineficiente Sansores San Román.
Tal vez necesario sea precisar que ante el pánico, porque se sabe rechazada y repudiada por la mayoría del pueblo, la senecta y mentirosa mandataria ordenó a sus diputados que en la aprobación de la Ley de Revocación de Mandato, que ocurrió apenas en junio pasado, se incluyera una cláusula para que la entrada en vigor fuera a partir del año 2027. Es decir, cuando se haya retirado del cargo.
Nada tonta, pidió que sea su sucesor o sucesora quien tenga que enfrentarse a esta herramienta democrática para extirpar a los malos gobernantes. Pese a que la ley fue aprobada sólo por los diputados morenistas y sus aliados del PAN, ni la fracción del PRI ni la de MOCI impugnaron el dictamen y exigieron su inmediata aplicación, de suerte que la corrupta Layda Sansores ya está blindada en ese aspecto.
No obstante, deberíamos los ciudadanos exigir a los partidos y a las asociaciones civiles que encabecen este clamor popular y que organicen la recolección de firmas en todo el territorio estatal para que los campechanos opinemos sobre este polémico tema.
Eso nos serviría como termómetro objetivo para conocer el grado de repudio real que hay contra la señora Sansores, y sería también un instrumento para exigir a nuestros diputados que modifiquen el decreto en cuestión, a fin de que la revocación de mandato pueda ser efectivo, pues mientras más tiempo pase la impresentable Sansores San Román desempeñando el cargo, más daño le seguirá haciendo al crecimiento económico y a la seguridad de Campeche y de los campechanos.
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