Arlequín (*)
Lo importante, lo único que usted debe de tener en cuenta este fin de año y no olvidar el día de la elección del 2 de junio de 2024, es que ya tiene su tren en el sureste del país
Por fin llegó el tiempo de gozar, después de tantos gastos y tantos desvelos, es momento de disfrutar. ¡Felicidades! Ya tiene su trenecito, que digo trenecito, tremendo tren y no deje que nada le quite ese gozo.
Que los conservadores de la derecha no lo quieran entristecer y distraer con otros temas. Que no le digan que en el país hay masacres, que reina la extorsión y el cobro de piso o que Pemex es la petrolera más endeudada del planeta. No, no se distraiga con eso, lo importante, lo único que usted debe de tener en cuenta este fin de año y no olvidar el día de la elección del 2 junio de 2024, es que ya tiene su tren en el sureste del país.
Sí, es cierto que hay masacres, también que hay extorsión y cobro de piso, pero esos detalles están en vías de arreglarse, en la cuarta transformación, ya sea con este el primer piso construido por Andrés Manuel López Obrador o con un segundo piso de Claudia Sheinbaum, esos temas quedarán resueltos, pero por ahora que no me lo distraigan, usted sólo concentre su atención en gozar de su Tren Maya, la obra de infraestructura más importante del mundo construida últimamente y, como hito, solamente equiparable con aquel 21 de julio de 1969, cuando el comandante Neil Armstrong se convirtió en el primer ser humano en pisar la luna.
Los conservas, los corruptos también lo querrán distraer con el cuento de que el Tren Maya costó más de medio billón de pesos, tres veces más de lo que fue presupuestado, y sí, salió un poco más carito de lo pensado, pues terminará constando unos 511 mil millones de pesos, y había sido presupuestado en 156 mil millones.
Pero, que son 355 mil millones de sobrecosto cuando de lo que se trata es de llevar felicidad al pueblo, que se merece lo mejor de lo mejor. Usted no se fije en el precio, los fifís siempre están pensando en el dinero, pero lo importante es que ya tiene un tren, que hace cinco años no tenía.
Y luego del costo, viene la cantaleta de que es lento. Y sí, hay maneras más rápidas de llegar, pero este no un tren de alta velocidad se trata de un tren zen, de relajación. Y quién mejor para explicarlo que el padre del proyecto.
“Imagínense una de las cosas buenas que tienen los trenes es que, a diferencia del avión, el autobús, se relajan, va uno en un tren y va uno platicando, va uno relajado, relajado, relajado. El avión es un poco más tenso, el autobús también y ya ni hablar del helicóptero, además de la tensión, vibra mucho, estropea”, dijo el Presidente, para explicar el verdadero propósito del Tren Maya. Si usted, don Fifí, lo que quiere es velocidad, rente su helicóptero o su avión privado, pero, no vaya a culpar al Gobierno de la 4T de llegar tenso o con los nervios estropeados a Cancún.
Y aunque este Arlequín sabe que ustedes queridos lectores y lectoras le dispensan mucha confianza, esta vez no se quede sólo con mi visión, escuche a los que saben de esta obra pues, en verdad usted debe de valorar que la construcción de su tren se trata de un hito solamente equiparado con la llegada del hombre a la luna.
“Es una obra magna, no exageramos si decimos que no hay una obra así en la actualidad en el mundo y se logró también en tiempo récord, estas obras por lo general transcienden gobiernos, son de más de una década, de 10 años y en cinco años en general y menos si tomamos en cuenta cuando realmente se inició con la construcción se ha terminado esta gran obras que es una realidad por la ingeniería civil, con la ingeniería ferroviaria, pero desde luego, y sobre todo, por los trabajadores de la construcción”, dijo el Presidente durante el acto inaugural de su Tren Maya —suyo de usted, desde luego—.
Pero si el Presidente fue modesto para describir la obra que legará a los mexicanos, la que no escatimó en valorarla fue la Maite Ramos, directora de Alstom México. “Cuando el hombre llegó a la luna, la mayoría de los comentaristas de radio y de televisión dijeron casi al mismo tiempo: detengan su reloj, con la idea de que ese momento se guardara para siempre en la historia.
Yo me atrevería a decir lo mismo del día de hoy, 15 de diciembre del 2023, detengan su reloj y guarden esta fecha para siempre”, señaló.
Ahora sólo falta que usted no haga caso de los neoliberales y fifís, y que se la crea. Que se convenza de que le han regalado una obra majestuosa de la que no hay, por ahora, nada similar en el planeta, y de que, si los estadunidenses pueden presumir que llegaron a la luna en 1969, usted, sus hijos, sus nietos y toda su descendencia podrá hacer gala de que en 2023 la cuarta transformación creó el Tren Maya, y que hoy mismo, antes de la Navidad, también será inaugurado el Tren Transístmico.
Detenga su reloj y, ¡¡¡que empiece la gozadera con el trenezote!!!
ME CANSO GANSO. Vacaciones. Y mientras usted juega con sus trenecitos que le trajo ese simpático viejecito de pelo blanco, este Arlequín se tomará unos días de descanso. Feliz Navidad queridas lectoras, queridos lectores, y nos vemos en 2024 para seguir haciendo análisis serio de la política cómica.
(*) Analista serio de la política cómica.
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