Ha ido creciendo el germen de la rebelión en todos los sectores de la sociedad, lo que representa un riesgo para la permanencia de Morena como partido mayoritario en la entidad…
A unos días de las elecciones más importantes de los últimos años para Campeche y el país, nuestro Estado enfrenta un clima de inestabilidad política que parece abarcar a todos los órdenes de la sociedad, gracias a la ineptitud, negligencia, corrupción e incapacidad probadas de la gobernadora Layda Elena Sansores San Román.
No se trata sólo de la rebelión de los policías, que en las próximas horas sumará 70 días de iniciada. Setenta días de ineptitud gubernamental, cerrazón, autoritarismo, soberbia, negligencia, corrupción, abusos y vacío de poder…
También hay malestar ciudadano por los pésimos servicios que nos otorgan las administraciones Estatal, Federal y Municipal. Ciudadanos protestando por falta de agua, colonos y campesinos bloqueando carreteras por el pésimo servicio de la Comisión Federal de Electricidad (CFE), pacientes, médicos y enfermeras amagando con tomar instalaciones por la falta de medicamentos, equipos y atención eficiente en las clínicas del IMSS, Issste y Secretaría de Salud.
Y lo que sucede en el sector educativo no se había visto jamás. Maestros del Conalep protestando porque no tienen material de trabajo, las aulas carecen de ventiladores y las instalaciones eléctricas están en condiciones deplorables. ¿Y el multimillonario presupuesto asignado a esa institución? ¿Se los llevó la directora Celia Rodríguez Gil a la campaña de Morena?
Lo que denuncian los empleados de la Secretaría de Educación también es grave. Edificio en situación deprimente y riesgosa, vehículos en malas condiciones, acoso laboral, ausencia de diálogo por parte del titular Víctor Montero Sarmiento y una serie de carencias que obligadamente nos llevan a replantear la pregunta: ¿y el presupuesto?
No hablemos del abandono a los campesinos maiceros, mieleros, ganaderos, pescadores y en general a todo el sector productivo del Estado, donde ha ido creciendo el germen de la rebelión, al grado que los dirigentes empresariales que habían estado silenciados durante los últimos tres años, ahora ya salieron a externar su molestia por este Gobierno insensible, que no los escucha ni apoya.
En fin. El diagnóstico sobre la situación de Campeche y sus 13 Municipios es deprimente y altamente flamable. La inestabilidad política es total y generalizada, y solamente la gobernadora Sansores y sus aplaudidores se niegan a verla, encerrados en su cantaleta de que “todo va bien” y de que cuando las cosas les salen mal, son culpa de Alito y Elito.
Hay elementos, pues, para que Campeche se salte del barco de esa decepcionante y fracasada 4T que no le ha dado ni resultados, ni beneficios…
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