Tribuna Campeche

Diario Independiente

Amor senil

Hay políticos como la Tía Rata, que no saben respetar los linderos de su vida privada y difunden como si fuera un tema de interés público los arrumacos que se prodiga junto con su pareja…

Presumió la Tía Rata en sus redes sociales, que en el más reciente viaje del Tren Maya rumbo al paradisiaco destino de Cancún, el Pejidente permitió que los gobernantes invitados acudieran acompañados de sus parejas, por lo que ella subió las fotos en que se veía bien acaramelada con su Romeo.

—“Es la misma historia de toda la vida de la nunca bien amada Ruca Gacha —opinó el poeta Casimiro—, al no saber respetar los linderos de la vida privada de los servidores públicos, y difundir como si fuera un tema de interés público los arrumacos que se pega junto con su amante legítimo, algo que a nadie, más que a ella le debe interesar”.

—“Bueno —intentó corregir doña Chela— no es la primera persona que sube a sus redes alguna evidencia de sus relaciones amorosas. Es algo muy común entre los famosos o entre los ahora llamados influencers o yutubers por lo que no debería incomodarte”, remató.

El poeta saltó de su asiento como si una oxcán le hubiera zampado sus colmillos en las nachas. “!Hay que saber diferenciar entre quienes viven de su fama, como son los artistas y los payasos, que tienen miles de seguidores en sus redes sociales, y una persona cuya función es la administración pública, su deber es dar resultados, no ridiculeces sobre sus relaciones maritales o extramaritales!”, gritó.

Don Julián atemperó la situación. “Nadie debe alterarse en este tema, puesto que finalmente tanto unos, los artistas, como los otros, los políticos, son figuras públicas, y por tanto lo que hagan o dejen de hacer siempre va ser noticia o motivo de debate. En el caso que nos ocupa, claro que es un error de la anciana de Palacio, pero recuerden que cuando llegamos a cierta edad se nos olvidan las cosas o bien, empezamos a portarnos otra vez como niños”.

—“Lo que está muy mal, intervino para moderar don Memín, es que ella abra las puertas para que los usuarios de Internet se metan a su vida privada, así que no debe quejarse de lo que se diga en esos espacios, en donde el vulgo le da rienda suelta a sus frustraciones, y se convierte en el más crítico de los todólogos del planeta. Lo malo es que ya sabemos que ella no soporta las críticas ni que nadie piense diferente a ella, así que no debe provocar a que la gente se meta en su vida privada”.

—“Si fuera una persona cuerda, claro que tu opinión sería valiosa —expresó don Julián— pero ya sabemos que la Tía Rata no está bien de sus cabales y que hace y dice lo primero que le viene en gana. A nadie le interesa si sigue su romance con su Quijote de la Mancha, pero no se puede esperar más de quien no tiene nada más que informar que ese tipo de frivolidades”, remató.

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