Alejandro Moreno (*)
Fuera los que no saben gobernar
La sociedad mexicana está pagando un alto precio por padecer al gobierno de Morena, el cual se dedica a organizar rifas, campañas, persecuciones políticas y mítines, en lugar de gobernar, lo cual implica ejercer la dirección y control de la administración pública en beneficio de la colectividad.
Recientes estudios señalan que 80% del territorio nacional se encuentra acechado por grupos del crimen organizado, los cuales se han multiplicado debido a la permisibilidad gubernamental, diversificando su forma de expoliar a la población. Incluso, pretenden controlar las cooperativas escolares y ya no digamos la venta de alimentos básicos como pollo, huevo y tortilla.
Miles de médicos, enfermeras y trabajadores están saliendo a las calles para denunciar la cruda realidad de un sistema público de salud completamente quebrado: no hay medicinas, equipo ni dinero para pagar salarios. Aunque el Gobierno afirma que se han destinado recursos históricos, la realidad es que no llegan a los hospitales ni a las clínicas, ya que son desviados hacia los elefantes blancos del Tren Maya, la refinería de Dos Bocas y la construcción de otro aeropuerto.
La situación económica del país es alarmante debido a la violación sistemática de la ley por parte del Gobierno, lo cual ha generado la falta de inversión productiva y la escasez de empleos que nuestra fuerza laboral demanda. Las empresas que buscan relocalizarse en México se encuentran con barreras burocráticas y un suministro eléctrico deficiente que no garantiza su operación. El crecimiento económico es raquítico y no satisface las necesidades de un país del tamaño de México.
Algunos se alegran al hablar del “fortalecimiento del peso”, pero la verdad es que esa aparente revaluación no obedece a factores internos y perjudica gravemente a las familias destinatarias de remesas, ya que obtienen menos pesos.
La desigualdad y la exclusión social alcanzan niveles alarmantes, ya que el Gobierno de Morena encuentra su narrativa y fuerza en profundizar estos problemas.
La pérdida de confianza ciudadana en las instituciones de Gobierno es creciente, al tiempo que aumenta el temor a perder el empleo.
Nuestro país está mal y en gran medida se debe a un Gobierno ausente frente a los graves problemas que afectan a la sociedad. Es momento de corregir el rumbo y sacar a aquellos que no saben ni quieren gobernar.
(*) Presidente nacional del PRI.
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