Recicladora

Hay quienes no tienen dignidad ni saben retirarse a tiempo, acatando el apotegma de que “el que ya bailó que se siente”, y para seguir mamando del presupuesto, hacen el ridículo y besan la mano que antes mordían con rabia…

No se cansa la Tía Rata de presumir en sus redes sociales la incorporación a las filas guindas de cartuchos quemados provenientes de los partidos azul, amarillo y hasta de los tricolores, con la intención de hacernos creer que sí tiene el respaldo de la gente, y que su proyecto de la 4T cada día suma adeptos, criticó severamente el poeta Casimiro.

Don Memín se concentró en observar la fotografía que les mostró el vate santanero, donde la anciana mandataria aparece abrazada con un exdirigente amarillo y un exdiputado local azul, quienes sonrientes, confirman su adhesión a la secta guinda.

—¿Qué es una recicladora? Cuestionó el rechoncho aseador de calzado.

—“Bueno, respondió insegura doña Chela, temerosa de que el gordito bolero le vaya a jugar una broma, yo sé que recicladora es la persona encargada de recoger la basura de las viviendas, calles, depósitos de desechos o en cualquier sitio que lo localicen,  para clasificarla y revender lo aprovechable…”.

—“Exacto, respondió de inmediato don Memín. La recicladora es la Ruca Gacha y lo que recibe y presume en sus fotos es eso: basura que ya fue utilizada en otros lados, y al que le quiere exprimir lo poco que le queda. Pero esencialmente son basura”, enfatizó.

—“No deberías ser tan cruel en tus aseveraciones, le aconsejó don Julián, y aunque semánticamente estás en lo correcto, a lo mejor afectas la dignidad de esos personajes y no valoras en su justa dimensión el hecho de que a pesar de que ya son cartuchos viejos, pueden llegar a sumar a su nueva agrupación partidista, sobre todo ante el proceso electoral complicado que se avecina”.

—“Yo no estoy en contra de que los partidos, en su obsesión por sumar, reciban a todos los parásitos que ya chuparon en un lado y ahora quieran succionar en el otro —respondió seriamente Casimiro— lo que yo señalo es que hay quienes no tienen dignidad y no saben retirarse a tiempo, se olvidan de esa frase fideliana de que “el que ya bailó que se siente”, y en su afán por seguir mamando del presupuesto público, no escatiman en hacer el ridículo de besar la mano que antes mordían con rabia”.

—“Así es la política lamentablemente, expresó doña Chela. Y lo peor es que con tal de simular que gana más adeptos, la anciana loquita sigue haciendo  a un lado a quienes lucharon con ella desde hace casi tres décadas, a quienes ocasionalmente lleva a un “Martes de la Rata” o los invita a un almuerzo, pero ni les da empleo, ni permite que los hijos de éstos ocupen esos espacios que entrega melosamente a los tránsfugas de otros partidos. Entiendo que la senecta mandataria ya esté en fase de Alzheimer, pero eso no justifica el maltrato que le ha dado a los suyos”, cuestionó.