Tribuna Campeche

Diario Independiente

Campañas judicializadas

No se descarta que Layda Sansores ordene encarcelar a sus adversarios Eliseo, Paul y Daniel Barreda. ¿Y qué? ¿Influirá en la tendencia al voto a favor de MOCI o les acarreará más apoyo ciudadano por ser víctimas de persecución política?

La desesperación de la gobernadora Layda Sansores al constatar que las campañas de sus candidatos no crecen,  y que por el contrario, las de sus adversarios, principalmente los de Movimiento Ciudadano (MOCI), podría intensificar el actuar del aparato de justicia estatal, para meter a la cárcel a algunos de esos abanderados naranjas que tienen pendientes con la justicia.

Los procesos legales contra Eliseo Fernández, Paul Arce Ontiveros, Daniel Barreda Pavón y Biby Rabelo de la Torre podrían consumarse en las próximas semanas —cuando falte muy poco para el día de las votaciones— a fin de dar un golpe mediático que pueda derivar en un desplome de las preferencias ciudadanas, y tratar de rescatar algo a favor de Morena.

Es cierto, contra la candidata a reelegirse en la Alcaldía, Biby Rabelo de la Torre, no existe alguna carpeta de investigación en curso y no porque no hayan tenido ganas de armarle uno o dos, o las que fueran necesarias.

No les dio tiempo para recabar las “pruebas” de su involucramiento en hechos de corrupción, pero eso no quiere decir que no puedan “escarbar” todo lo que puedan con tal de encontrarle “algo” que manche su reputación y que desanime el voto de los campechanos a su favor.

Ya hemos visto desde hace varios meses cómo es que todos los órganos de impartición de justicia, fiscalización y hasta los de transparencia, se coludieron para iniciar procedimientos contra los adversarios del régimen estatal, a fin de anularlos o inhabilitarlos para competir por cargos de elección popular.

El caso de Eliseo es el más emblemático. La impotencia del fracaso ha conducido a la gobernadora Layda Sansores a acusarlo de ser desde un “asesino serial” (lo cual no ha probado), hasta de ser uno de los líderes o capos, que controlan el tráfico de fentanilo en la capital.

Acusaron al “Mono”, exguardaespaldas de Eliseo, de haberle decomisado esa droga, pero extrañamente no lo procesaron por eso, y cuando estaba a punto de sacar a la luz todo el entramado del Gobierno del Estado en torno a este tema, un sicario a modo le pegó varios tiros y lo asesinó.

Son tan burdos todos estos montajes del Gobierno sansorista, que los implicados, desde Eliseo, Paul y Daniel Barreda hasta Biby, saben que en las instancias judiciales federales van a desechar todas las calumnias en su contra, y podrán salir a las calles a hacer campañas sin temor a ser detenidos.

Aunque la verdad que las consecuencias políticas de un acto de ese tipo no son predecibles en modo alguno y es probable que en lugar de generar repudio, o rechazo a los mocistas, en realidad provoquen sentimientos de solidaridad de los ciudadanos, por considerarlos perseguidos políticos y víctimas no sólo del autoritarismo de Layda Sansores, si no de su terror al saberse en desventaja en las preferencias ciudadanas.

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