LUCIERON LLENOS LOCALES DEL CENTRO, MERCADOS Y DE AUTOSERVICIO
Por diversos puntos de la ciudad, largas filas se formaron para adquirir jamón, queso, tocino, salami y otros embutidos en los establecimientos dedicados a ese giro, en tanto que en los mercados, tanto en el principal “Pedro Sáinz de Baranda” como en los periféricos, la gente acudió a comprar pavo, verduras y condimentos necesarios para la elaboración de la cena navideña.
Este 24 de diciembre, la ciudad amaneció nublada y con bajas temperaturas, resultado del frente frío que azota a toda la Península de Yucatán y gran parte de la República Mexicana, lo que obligó a los campechanos a sacar los abrigos, pues muchos desde las primeras horas del día ya realizaban sus compras de última hora.
En los establecimientos dedicados a la venta de carnes frías, decenas de personas formaron largas filas con la intención de comprar quesos, jamón y otros productos con que acompañan la cena de Nochebuena. Los panes también fueron muy pedidos.
El movimiento de personas fue inusual en el mercado principal, donde muchos llegaron para comprar el pavo indio que vendedores de diversos poblados del interior del Municipio ofrecieron entre los mil y mil 200 pesos.
Otros más optaron por adquirir gallina, dadas sus condiciones económicas, pero hubo quienes llegaron con los tablajeros con sus pavos congelados para que, con sus sierras mecánicas, les cortaran el ave en dos, cuatro o más piezas. El corte tuvo un costo generalizado de 30 pesos.
Otros campechanos acudieron a los centros de abasto a realizar sus compras para la comida del día, por lo que la actividad de venta de carne de pollo, res o cerdo se realizó de manera cotidiana.
El área de verduras del “Sáinz de Baranda” recibió a gran cantidad de gente que adquiría zanahoria, cebolla, tomate, chiles, entre otros productos para la adecuada elaboración de las viandas que se degustarán en familia.
En el centro de la ciudad el movimiento fue intenso. Bien abrigados ante el frío que se dejó sentir desde las primeras horas del día, los campechanos recorrían establecimientos para adquirir alguna prenda de vestir, o bien, en busca del regalo para el ser querido.
Blusas, camisas, zapatos, relojes, accesorios para teléfonos, perfumes y muchos otros artículos eran buscados por los campechanos que abarrotaron los comercios.
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