La violencia en Campeche se desborda, pero para la gobernadora Layda Sansores la inseguridad “es una mentira”. La realidad, sin embargo, demuestra lo contrario: en un solo día, dos hombres fueron ejecutados al estilo sicarial.
El primer hecho ocurrió por la mañana en la colonia Cumbres, donde el cuerpo de M.V.P. fue encontrado sin vida con un disparo en el rostro, específicamente en el pómulo izquierdo. Sus atacantes lograron escapar sin dejar rastro, mientras la impunidad sigue reinando en las calles.
Horas más tarde, en la colonia Samulá, otro hombre de aproximadamente 40 años fue ejecutado con un tiro en la cara. En la escena se encontraron al menos siete casquillos percutidos, evidencia de la violencia que azota la ciudad. Aunque los paramédicos encontraron a la víctima con signos vitales, las h¢r¡das fueron mortales.
A pesar de estos hechos, Sansores insiste en que la inseguridad “es una mentira” y que Campeche es un estado seguro. Pero las cifras desmienten su discurso: los asesinatos al estilo sicarial van en aumento, los responsables siguen libres y la impunidad se apodera de las calles.
Si la violencia y los cuerpos en las calles no son una señal de inseguridad, ¿entonces qué es?
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