Por la combinación de factores económicos, entre ellos los impuestos, y la inseguridad, el minicomercio campechano cierra el año en números rojos y posiblemente enfrente cierres, lamentó la presidenta de la Federación Estatal del Pequeño Comercio, María Candelaria González Cajún, y recalcó que las ventas están por los suelos y se avecina el pago de impuestos de enero.
Mencionó que la principal preocupación es la falta de liquidez pues las ventas han caído drásticamente, y las grandes cadenas comerciales están acaparando el mercado, pues los elevados costos operativos, sumados a la proximidad del pago de impuestos en enero, están poniendo a prueba la resistencia de los pequeños comerciantes.
La líder empresarial expresó su temor de que muchos negocios no puedan sobrevivir a esta crisis y se vean obligados a cerrar sus puertas a principios de año.
Además de los problemas económicos, el pequeño comercio también se enfrenta a un clima de inseguridad cada vez más preocupante, los robos y asaltos se han incrementado en las últimas semanas, generando un clima de miedo y desconfianza entre los comerciantes de las colonias populares que atienden bajo barrotes.
“No sé cómo es que hay personas que dicen que no hay delincuencia y lo celebran, si lo hay, tanto que no puedes ir por las calles y transitar porque vienen en motos y te quitan tu bulto”, sostuvo.
Por último, González Cajún criticó la actitud de los diputados del Congreso del Estado, a quienes acusó de aprobar constantemente nuevos impuestos en lugar de buscar soluciones a los problemas reales de la población. “A nadie le importa si hay o no alza en los impuestos, supuestamente para eso están ellos, para cuidar la bolsa del pueblo”, indicó.
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