Esta bajeza de ordenar la ejecución de uno de sus más principales críticos fuera del territorio campechano debe ser castigado con severidad. Dejarlo impune podría abrir la puerta para otros atentados similares en contra de otros adversarios…
Si la exlideresa estatal de Movimiento Ciudadano (MOCI) Jamile Moguel Coyoc, fue considerada como una “heroína” y postulada como candidata a la Alcaldía, en mérito por el atentado a balazos que sufrió de manos de un sicario ya detenido, como muestra de congruencia, la inepta y farsante gobernadora Layda Sansores debería mandar a construir un monumento al comediante ‘yucampechano’ Ricardo del Río, alias “Taco de Ojo”, por haber sufrido al ataque e intento de homicidio del que sobrevivió después de recibir al menos 20 puñaladas.
Es obvio que jamás lo hará, no sólo porque Layda Elena es incongruente, contradictoria y mentirosa, sino porque ella aparece como la principal involucrada detrás de ese sonado intento de asesinato. Lleva varios meses Ricardo del Río denunciando que la gobernadora de Campeche es la principal autora intelectual del suceso en su contra, pero hasta el momento no lo han escuchado bien.
Debería Taco de Ojo solicitar que el Gobierno Federal atraiga su caso. Layda Sansores ha caído de la gracia del equipo gobernante en el ámbito federal, debido a sus múltiples torpezas y evidentes actos de corrupción, y lo que están haciendo es acumular pruebas para solicitar al Congreso su defenestración.
Esta bajeza de ordenar la ejecución de uno de sus más principales críticos fuera del territorio campechano debe ser castigada con severidad. Dejarla impune podría abrir la puerta para otros atentados similares en contra de otros adversarios y críticos de la anciana mandataria, quienes pudieran a lo mejor no tener la suerte que acompañó al histrión yucateco.
Otra posibilidad es que Taco de Ojo recurra a instancias internacionales. Si por alguna razón, la autoridad federal decide proteger a la inepta Sansores, para evitarle otra mancha a los conspicuos representantes de la 4T, se podría solicitar la intervención de organismos extranjeros para que investiguen el caso y confirmen que en México está en peligro la libertad de expresión.
Pero no se debe dejar inconcluso el caso. Haber sobrevivido a un ataque de ese tipo —20 puñaladas en diversas partes del cuerpo— y un sistema de salud que no es eficiente, nos habla de que el destino le tiene deparado una misión importante a Taco de Ojo.
Ojalá la Fiscalía de Campeche tome nota del caso. Y que así como de inmediato integró expedientes por ejemplo contra Eliseo y contra Alito, también proceda con premura contra Layda Sansores y Pablo Gutiérrez. No tienen fuero y deben pagar por los delitos que les imputan.
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