SE HIZO EL HARAKIRI.
Nada ganó la lengua larga, mentirosa, sinvergüenza y bruta gobernadora al politizar el trágico accidente ocurrido la semana pasada, en el cual se vio involucrado el yerno del exgobernador Antonio Gonzalez Curi. ¿Quién le sugirió escribir en redes sociales que “se hará justicia”, cuando en su Gobierno no la hay? ¿O es que ya le hizo justicia a las Mujeres Valientes que la criminal comandanta Marcela Muñoz mandó al operativo fallido en Kobén?
Peor aún, escribe la cínica mentecata de Layda Sansores que “dejar sin asistencia a las víctimas… constituye un grave delito”. ¿Y ella no dejó sin asistencia, sin salario, sin garantías y sin apoyo a las Mujeres Valientes? Si juzgamos en base a lo que dijo, ella es también una delincuente. Mejor que primero ponga el ejemplo juzgando a Marcela Muñoz, y luego atendemos los demás casos… y que además le pague a los policías, porque no hacerlo, como bien dice, “es un grave delito”. Le salió el tiro por la culata.
ALITO, INCONGRUENTE.
¿Alguien ha podido descifrar qué objetivo tiene la estrategia del presidente del PRI, Alejandro Moreno Cárdenas, de pelearse con los exgobernadores de Campeche? Está confrontado con Fernando Ortega Bernés, Carlos Miguel Aysa González y Antonio González Curi, quienes al encontrar las puertas cerradas en el tricolor optaron por trabajar en otros frentes.
¿Por qué le molesta si él les cerró los espacios? Es incongruente que estando el PRI en imparable decadencia, pues acumula mayor rechazo ciudadano, Alito se confronte con la poca militancia que le queda en vez de ocuparse en conservarla. Además, resulta paradójico que acuse de traidores a los que se fueron, cuando son evidentes sus acuerdos con Layda Sansores.
TERCA MANDATARIA.
El columnista Víctor Sánchez Baños, en su editorial “Estado por Estado”, dedica un comentario a la intransigente gobernadora de Campeche, cuya testarudez no ayuda a mejorar la seguridad ciudadana. Lo tituló “Layda oculta delitos”, leamos.
“Impresionante la falta de oficio político y social de la gobernadora de Morena, Layda Sansores. No entiende que la seguridad depende de la policía, pero su obstinación por imponer a la jefa de la policía, Marcela Muñoz, sumió al Estado en una grave crisis de ingobernabilidad. La Policía Estatal lleva casi 80 días de paro, por falta de pago de sus salarios. En los últimos dos meses, la violencia aumentó más de 200% y el fiscal Renato Sales, intimidado por su jefa, se niega a levantar denuncias para no abultar la estadística”.
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