Víctor Collí Ek
Justicia frente a la realidad
Esta semana se realizó el Seminario Internacional: “Los Sistemas Regionales de Protección de Derechos Humanos y sus Desafíos”, donde participaron la Corte Interamericana, la Corte Africana y la Corte Europea de Derechos Humanos.
La presidenta de esta última fue la primera en intervenir. Destacó los retos que el sistema europeo enfrenta para una mejor protección. Primeramente, realizó un análisis sistemático, y para ello utilizó como fundamento el memorándum que realizó el pleno de dicha Corte, para ser enviado a la Cuarta Reunión del Consejo de Europa, que se realizó el 16 y 17 de mayo pasado en Reikiavik, Islandia.
Destacó tres dimensiones importantes. La primera de ellas, los recursos económicos. Una corte con una composición tan numerosa de jueces, pero también frente a un número considerable de casos, que va creciendo, requiere para el desarrollo profesional de su trabajo un ajuste en los recursos económicos con los que cuenta.
En segundo lugar, la responsabilidad, esto es, que frente a la emergencia de casos como por ejemplo entre Estados, que subrayan como diría la jueza el escenario político conflictivo que tiene Europa el día de hoy, se deben analizar las responsabilidades que se generan frente al Convenio Europeo de Derechos Humanos.
En tercer lugar, la ejecución, una Corte que requiere de un organismo ajeno para la vigilancia de la ejecución de sus sentencias, tiene que reforzar la relación con dicho organismo, un reforzamiento que exige protocolos de revisión adecuados para que esa ejecución no solamente se materialice, sino que se haga de manera correcta.
Ahora, se refirió igualmente a tres retos puntuales para un futuro desenvolvimiento adecuado de la Corte Europea.
En primer lugar, el reto de enfrentar el aumento considerable de casos, que de no ser abordado amenaza con colapsar el sistema. Afortunadamente se han hecho modificaciones para afrontar este reto, que obedece no solamente a mayores violaciones a derechos humanos, sino también a la integración de nuevos países al Convenio Europeo y el aumento del conflicto político en Europa.
Esto se ha abordado mediante el establecimiento de mecanismos que permitan la fluidez del desahogo de los casos, por ejemplo, por medio de un mecanismo expedito cuando se está frente a casos que claramente van a ser desechados o por ejemplo frente a casos complejos, el establecimiento de mecanismos que permiten que instancias como la Gran Cámara los conozca de manera directa.
El segundo reto es la aparición de los conflictos entre Estados, que se convierten en casos llevados ante la Corte, hace más complejo el sistema, porque no solamente se refiere a los sujetos que intervienen en los asuntos, esto es, Estados frente a Estados, sino que también en cascada van a tener repercusiones en asuntos de violaciones a DDHH de los individuos o inclusive de solicitudes de Opiniones Consultivas, lo que recarga aún más la labor que tiene.
En tercer lugar, la emergencia de nuevas realidades que se traducen en potenciales violaciones a derechos humanos, lo cual hace pensar y preguntar si el sistema y la forma de interpretación actual son suficientes para poder afrontar esa nueva problemática e inclusive pueden poner en entredicho la legitimidad de la Corte para resolver esos asuntos.
En particular se refirió a dos emergencias. La primera el cambio climático, donde la Corte ya está abordando tres casos ante la Gran Cámara. En segundo lugar, la inteligencia artificial y la potencial afectación a DDHH.
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