Alejandro Moreno Cárdenas (*)
¿En manos de quién está México?
Todos los días nos preguntamos ¿en manos de quién estamos?
El cuarto repunte de la ola de Covid-19 que durante 23 meses ha azotado a la población llegó con fuerza y ha encontrado en peores condiciones al sistema de salud pública: sin médicos, sin medicamentos, sin equipo y sin protocolos. A pesar del medio millón de muertes totalmente prevenibles, este tema sigue sin figurar entre las prioridades del grupo en el poder.
La sociedad está sufriendo las consecuencias del desdén gubernamental hacia la salud: en 2020 murieron 151 mil 19 mexicanos por diabetes mellitus, lo cual representó 44% más que los fallecidos en 2019, mientras que por enfermedades del corazón hubo un incremento de 28% al pasar de 156 mil 41 muertes en 2019 a 218 mil 704 en 2020.
De los dos mil 446 municipios con que cuenta México, en 629 más de 80% de su población vive en condiciones de pobreza, en 706 es entre 60 y 80%, mientras que en mil 699 es 50%. Esta medición permite focalizar programas sociales y acciones gubernamentales para revertir esta situación, pero en este Gobierno la prioridad no es acabar con la carestía sino incrementarla, pues los mexicanos en situación de pobreza pasaron de 51.9 millones en 2018 a 55.7 millones en 2020.
Dos de cada tres empleos que se perdieron en México por la pandemia eran de mujeres y jóvenes, sin que el Gobierno haya diseñado un programa de reinserción laboral ni de apoyo a las micro, pequeñas y medianas empresas.
En 2020 el Inegi reporta que se cometieron 14.68 millones de delitos en los que la o las víctimas estuvieron presentes, lo cual implicó que todos los días de ese año 40 mil 133 mexicanos sufrieran una situación traumática y dolorosa. Y lamentablemente el fracaso de la estrategia gubernamental ha provocado que la tendencia sea al alza.
Cada día la sociedad sufre más problemas y más tragedias sin que el gobierno preste atención y reaccione a ellas. Para el grupo en el poder no hay masacre, enfermedad ni crisis económica que valga, pues no escucha, no ve, no atiende y no resuelve.
Es evidente que las mexicanas y los mexicanos no votaron en 2018 por un Gobierno indiferente, corrupto y negligente como el que hoy sufrimos.
(*) Presidente Nacional del PRI.
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