“No busco venganza sino sólo justicia. Me secuestraron y luego me acusaron de secuestrador”, señaló el exsupervisor de la Agencia Estatal de Investigaciones (AEI) de la Fiscalía del Estado de Campeche, Alonso Manuel Apolinar Chan, al acusar a su exdirector, Evaristo “N”, de secuestrarlo por una semana tras negarse a participar en actos de corrupción en la administración pasada.
Tenía 21 años de servicio, atrapé a secuestradores, sicarios e incluso le salvé la vida al entonces fiscal del Estado, Juan Manuel Herrera Campos, al que iban a ejecutar, y todo para que me pagaran así, acusó Apolinar Chan, quien desde 2019 tuvo que huir de la Fiscalía General del Estado de Campeche (Fgecam).
Pidió audiencia a la gobernadora Layda Sansores San Román y al actual fiscal Renato Sales Heredia, para exponerles su caso, además de que presentará su querella por secuestro y continuará con la que interpuso en la Ciudad de México, en la Presidencia de la República.
Ahora se encuentra sin trabajo y duerme en una bodega. De lo poco que gana —con trabajos eventuales— mantiene a sus hijas. No le pagan desde 2019 sus salarios caídos, “porque no renuncié, asevera. Ahora que hubo cambio de Gobierno, me atrevo a hacer público esto, porque pido justicia. No es justo lo que me hicieron.
Los hechos en su contra iniciaron con Juan Manuel Herrera Campos como fiscal del Estado. Anteriormente fue procurador general de Justicia del Estado de Campeche. Nombró como director de la AEI a Evaristo “N”.
Apolinar estaba como supervisor en la zona norte. Cuando nombraron a Guadalupe C.M. como subdirector de la AEI, le llamó —presuntamente por indicaciones de Evaristo— para indicarle que ahora “trabajaba para ellos”, que tenía que llevarle “diezmos” y “regalos”, que supuestos grupos criminales le darían.
Me negué. Les dije que mi trabajo era servir y proteger a la ciudadanía y para la Fiscalía. Me llamaron varias veces y me dijeron los mismo. La respuesta fue la misma: “no”.
No tardó mucho y lo castigaron. En mayo de 2019 Evaristo “N” lo llamó vía telefónica para que se presentara en la Fiscalía. Ya lo esperaban en la entrada. Lo pasó a la guardia ministerial, donde lo insultó y trató de pegarle en varias ocasiones.
Lo despojaron de su arma y le indicaron que había un video —que nunca le mostraron— en el que supuestamente participaba en el secuestro de una persona que estaba en su camioneta con las manos y pies atados.
Me dijeron que me iban a secuestrar hasta que confesara quiénes eran mis cómplices, pero yo no había hecho nada. Me tuvieron ahí una semana, sin comer ni agua. A mi familia le dijeron que estaba extraviado, no localizado.
En el cinismo de mis mandos, incluso de Herrera Campos, subieron mi expediente en Alerta Ámber para buscarlo. Dijeron que me vieron deambulando por Tenabo, cuando me tenían incomunicado y encerrado en la Fiscalía.
Logré escapar por los patios de la Fiscalía y viajé a la Ciudad de México, donde permanecí una semana viviendo en la calle, esperando audiencia con el Presidente de la República para informarle de mi caso. En esa ocasión dejé la denuncia por escrito, por lo que esperó regresar y continuar, aseguró.
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