CIUDAD DE MÉXICO (El Universal).— El Gobierno mexicano está “fracasando rotundamente” en la que debería ser la prioridad número uno: garantizar la paz y la tranquilidad de la población. En entrevista con El Universal, Craig A. Deare, profesor de Asuntos de Seguridad Nacional en la Universidad de Defensa Nacional en EU, considera que “un México más seguro debería ser la transformación de la 4T”.
Autor del análisis Militarización a la AMLO: How bad can it get (Militarización a la AMLO: Qué tan mal puede resultar), publicado por el Instituto México del Wilson Center, y quien fuera oficial del Ejército de Estados Unidos por 20 años, critica que a pesar de que varios presidentes mexicanos “se han visto forzados a usar las Fuerzas Armadas porque la policía, por corrupción, o porque está rebasada no tiene la capacidad para enfrentar a los grupos del crimen organizado”, no se ha visto “un éxito, una victoria”.
Y en el caso de López Obrador, Deare alerta sobre el discurso de “abrazos, no balazos”, que minimiza la violencia que se encuentra a niveles insostenibles, incluyendo los asesinatos de periodistas, frente a los cuales la actitud del Gobierno, asegura, es preocupante. México, advierte, tiene que trabajar para mejorar la confianza con Estados sUnidos, un país que, reconoce, es corresponsable, más que por el tema de las armas, por la demanda de drogas.
Usted ha hablado de militarización a la mexicana. ¿Por qué el distintivo? ¿Por qué es diferente de lo que sucede en otras regiones en Latinoamérica?
— Yo argumento que México siempre ha tenido grados de militarización, a veces más fuertes, a veces menos. Después de la Revolución vemos que todos los presidentes eran generales revolucionarios, hasta Miguel Alemán…
OBLIGADO POR VIOLENCIA
Felipe Calderón, con la guerra contra el narco; Enrique Peña Nieto, que trata de minimizar el uso de las Fuerzas Armadas, pero se ve obligado a utilizarlas por la violencia, y lo más curioso, a mi juicio, es lo que pasa actualmente con el presidente Andrés Manuel López Obrador, que en la campaña dijo que iba a regresar los ejércitos a los cuarteles, pero los está utilizando más que cualquier otro Presidente en la memoria reciente. Incluso quizás más que Calderón, en cuanto a qué tareas se les da.
Por eso digo militarización a la mexicana. No es institucional ahora, como lo fue en los 70 años del PRI, pero aun así cada Presidente los ha usado a su estilo. No es que las Fuerzas Armadas estén buscando un mayor protagonismo. No es su deseo. Por eso, es a la mexicana y a la AMLO. Si el Presidente les da orden que no va con el rol de las Fuerzas Armadas, lo tienen que hacer. Las Fuerzas Armadas mexicanas son sumamente profesionales. Lo que les faltan son recursos.
¿Y el caso de la Guardia Nacional?
— Lo interesante de la propuesta de AMLO en la campaña fue esto de la activación, de la operacionalización de la Guardia Nacional, pero de carácter civil. Pero en la actualidad no lo está haciendo. Incluso está la propuesta de ley para ubicarlos no en la Secretaría de Seguridad Pública, sino de la Secretaría de la Defensa Nacional, que a mí me parece que no es la solución. Es la respuesta incorrecta al problema.
Supongamos que no ha sido suficiente la cantidad de Fuerzas Armadas para plantar cara efectiva al crimen organizado. Entonces reforcemos a las Fuerzas Armadas (…) Pensemos en el “Culiacanazo” y la mala planeación para realizarlo.
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