Religiosos pidieron diálogo y estrategia para alcanzar la paz
CIUDAD DE MÉXICO (El Universal).— Al acusar que México está herido y disperso por el miedo y la inseguridad, obispos, arzobispos y padres de prácticamente todo el país pertenecientes a la Iglesia Católica lanzaron un “¡ya basta!”, por la violencia y asesinatos, pues se está llegando a un punto insostenible, dijeron.
Al llevar a cabo la primera actividad de la Jornada Nacional de Oración por la Paz, los religiosos pidieron diálogo y estrategia para alcanzar la paz, además de pedir por los gobernantes para que tomen buenas decisiones y se toque el corazón de quienes provocan sufrimiento y muerte, a fin de que tengan una conversión.
Dijeron que esta jornada no es contra el presidente Andrés Manuel López Obrador ni contra su partido, sino contra un sistema que ya fue superado por la violencia y la impunidad, rechazaron que estén impulsando la violencia para alcanzar la paz.
Esta jornada inició ayer, con la petición de que en todas las misas se hiciera memoria de los sacerdotes y religiosos asesinados, para lo que se podían colocar fotografías de ellos en los templos. Asimismo, durante todo julio se llevarán a cabo misas y oraciones comunitarias en lugares significativos donde hayan desaparecido personas o hayan ocurrido asesinatos.
El próximo 31 de julio, como signo profético, se pedirá por los victimarios y por la conversión de sus corazones.
Por ello, ayer el secretario de la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM) y obispo de Cuernavaca, Morelos, Ramón Castro Castro, expresó su preocupación por la creciente violencia en el país, que se ha extendido con el crimen organizado.
“Por eso los pastores decimos: ‘Ya basta’. Vamos buscando alguna estrategia de seguridad más efectiva, es tiempo de escucharnos, es tiempo de que todos busquemos la paz que tanto anhelamos, y por esta jornada en todo México, para no ser aquellos personajes que dan la vuelta y se van. Atendamos al México herido, atendamos con el aceite de nuestra esperanza y fe”, expuso durante su homilía en la Catedral de Cuernavaca.
Por su lado, el arzobispo de Monterrey y presidente de la CEM, Rogelio Cabrera López, dijo: “Hoy queremos pedir por nuestro país, que está llegando a un punto insostenible. Las cosas deben cambiar, los ciudadanos, y también pedimos con respeto siempre que, quien está cuidando de nosotros, sepa contener la violencia y a aquellos que abusan del poder fáctico que tienen”.
El cardenal de Guadalajara, Francisco Robles Ortega, aseguró que la falta de cuidado por los otros es lo que ha generado el problema de las desapariciones y homicidios en México, y criticó que los encargados de cuidar a los ciudadanos por mandato constitucional están más preocupados en cuidar sus puestos o su dinero que por cumplir su deber.
CHIHUAHUA
En la Catedral de Chihuahua, el presbítero Raymundo López llamó a la comunidad a ser prójimos y ser buenos samaritanos: “Atrevámonos a hacer cosas sencillas, pueden cambiar y transformar totalmente nuestras vidas y también, por qué no, nuestro mundo. Atrevámonos a mirarnos otra vez así de frente, a los ojos, porque nos han robado eso, ya no nos vemos porque no tenemos tiempo”.
Añadió que se debe dejar a un lado el juzgar y condenar al otro, ya que es necesario que se cambie la crítica por una actitud de compasión.
En Ciudad Juárez, el obispo José Guadalupe Torres Campos exclamó preocupación y tristeza por las muertes que día a día ocurren en el país.
Al oficiar la misa dominical en la Basílica de Guadalupe, monseñor Andrés García Jasso, obispo auxiliar de la Arquidiócesis de México, pidió que no nos acostumbremos a la violencia.
Antes, a un costado de la Estela de Luz, el padre Jorge Atilano González Candia condenó el asesinato de los jesuitas Javier Campos Morales y Joaquín César Mora Salazar, en el interior del santuario de Cerocahui, en Chihuahua.
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