Antropoceno

Víctor Collí Ek

Derechos y crisis climática

Este jueves 15 de diciembre contamos con la presencia en la Universidad Autónoma de Campeche del Dr. Eduardo Ferrer Mac-Gregor, juez de la Corte Interamericana de Derechos Humanos, a quien se le otorgó el Doctorado Honoris Causa, una persona que sin duda merece la máxima distinción que otorga nuestra Casa de Estudios, y quien me concede el gran honor de su amistad desde hace ya varios años.

En el discurso de aceptación de la distinción nos compartió unas reflexiones profundas sobre la agenda de los derechos humanos y en especial el tema del cambio climático. Motivo de gran alegría fue que citó estudios que estoy realizando ahora sobre la relación de este problema con los Derechos Humanos, algunos de ellos han sido publicados en este espacio en fechas recientes.

Sin duda alguna concuerdo con el pensamiento del Dr. Eduardo, de que el cambio climático es una de las grandes amenazas de nuestra generación, si no del tiempo de los humanos en este planeta. En específico, existe como ha sido ya reconocido por diversas instancias internacionales, una afectación directa al disfrute de los derechos humanos. Ejemplos claros son la reciente sentencia del Comité de Derechos Humanos contra Australia por el Estrecho de Torres, por citar solo el más reciente.

El cambio climático amenaza el disfrute de una amplia gama de derechos humanos, que podríamos, para mejor comprensión aglutinarlos en dos grandes tipos. La protección de los derechos humanos sustantivos, requiere tomar medidas tanto para reducir las emisiones como para adaptarse a los cambios previsibles, como el aumento del nivel del mar, inundaciones más frecuentes e incendios forestales, así como la cooperación internacional.

Por otro lado, los derechos humanos procesales, sobrela evaluación de los impactos del cambio climático, acceso a remedios para las violaciones de los derechos humanos relacionadas con el clima, como la compensación monetaria y medidas cautelares, al igual que el derecho a participar, especialmente quienes son afectados, en la toma de estas decisiones.

Ahora, en los específico, se han encontrado afectaciones directamente relacionadas con los siguientes derechos. Derecho al agua y al saneamiento. Esto se debe principalmente a una combinación de factores como el derretimiento de la nieve y el hielo, la reducción de las precipitaciones, las temperaturas más altas y el aumento del nivel del mar.

Derecho a la vida. Los fenómenos meteorológicos exacerbados por el cambio climático, como el calor extremo, los incendios forestales y las precipitaciones extremas de las tormentas, están provocando la muerte de personas.

Derecho a la Salud. Según la Comisión Lancet sobre Salud y Cambio Climático, se amenaza con socavar los avances del último medio siglo en desarrollo y salud mundial, en particular para las personas que viven en poblaciones urbanas.

Derecho a la alimentación. Los patrones climáticos erráticos afectan gravemente a la agricultura y reducen o alteran directamente la productividad de los cultivos, la ganadería, la pesca y la acuicultura. Pensemos en la crisis del pulpo en Campeche este año.

Derecho a la Vivienda. Las fuertes lluvias, las marejadas ciclónicas en las zonas costeras y el aumento del nivel del mar pueden provocar inundaciones y deslizamientos de tierra que pueden destruir o dañar gravemente las casas.

Derechos de la niñez. Los daña en el presente y reduce sus posibilidades de poder disfrutar de sus derechos humanos en el futuro.

Derecho a un medio ambiente sano. Cada vez más, los tribunales de todo el mundo reconocen que el hecho de que un Estado no tome las medidas adecuadas contra el cambio climático es una violación del derecho a un medio ambiente seguro, limpio, saludable y sostenible.

Derecho a la autodeterminación. Un aspecto importante de este derecho es que las personas no se vean privadas de sus propios medios de subsistencia. La crisis climática supone una amenaza para la supervivencia de pueblos enteros.

Antropoceno es la denominación que se le ha dado a esta época de nuestra presencia como especie, donde lo que se quiere subrayar es que estamos teniendo un efecto sustancial e irreversible al planeta Tierra, no uno positivo, sino uno que nos puede cobrar una factura muy elevada como las afectaciones a los derechos humanos están haciendo ya latentes.

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