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ENFERMEDADES DE TEMPORADA QUE AFECTAN A TU GATO

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Sin los cuidados adecuados, la temporada de invierno puede afectar la salud de tu gato. Los cambios bruscos de temperatura, el humo y el ruido de los cohetes, la contaminación y descuidos en casa ponen en peligro la vida de nuestras mascotas, asegura la doctora veterinaria Tamara Iturbe, fundadora de CEME Gatos (Centro Médico para Gatos).

Los problemas se incrementan porque los gatos, de acuerdo con la doctora, son “expertos” en esconder los signos clínicos de alguna enfermedad. “Muchas veces no muestran molestias hasta que se sienten muy mal o su condición ya está muy avanzada”, explica.

Uno de los problemas que enfrentan los gatos esta temporada son las enfermedades respiratorias. El calicivirus felino —un tipo de gripe, contagiosa entre gatitos, que puede llegar a ser peligrosa si no se trata a tiempo—, por ejemplo, ocasiona secreción tanto nasal como ocular y estornudos. En invierno tiene más probabilidad de aparecer debido a los cambios de temperatura y la contaminación.

El herpesvirus, que pertenece a la familia del calicivirus, desata una complicación bacteriana si el gato no recibe el tratamiento a tiempo. “En muchas ocasiones sufren una infección aguda de herpes cuando son cachorros. Las vacunas hacen que los signos desaparezcan, pero como la enfermedad permanece en el animal, una fiesta con mucho ruido, por ejemplo, puede generar crisis y se inmunosuprimen”, dice Iturbe. La infección puede permanecer por meses o años sin manifestarse.

La rinotraqueitis o gripe gatuna, consiste en una infección viral que aparece con más frecuencia en gatos no vacunados. Este paraliza las cavidades nasales, genera fiebre y pérdida de apetito. “Hay más oportunidad de que los gatos que salen a la calle adquieran esta enfermedad. Incluso el virus puede estar en nuestras manos y zapatos”, expresa Kenia Chillon, médica veterinaria zootecnista del Centro Veterinario Felino en Ciudad de México.

Este padecimiento está asociado con los virus antes mencionados. Si no se trata a tiempo puede provocar la muerte o dejar secuelas.

Debido a los cambios de temperatura y al humo de los cohetes se incrementan las alergias, como el asma que impide que los gatos respiren con absoluta normalidad. Para tratarlos, los especialistas implementan terapias inhaladas con broncodilatadores a través de una cámara espaciadora.

Y, aunque el invierno no la ocasiona, la enfermedad articular degenerativa empeora en estos tiempos. Según la veterinaria de CEME Gatos, más de 90% de los mininos mayores la padecen, por lo que el frío produce más molestias en sus articulaciones. Para ayudarles, hay que poner escaleras y colchones para facilitar sus movimientos.

Ella comenta que los gatos también pueden intoxicarse al ingerir flores de nochebuena, así que hay que tener cuidado. “La sintomatología son desmayos, convulsiones y vómito recurrente que genera úlceras, las cuales, si no son tratadas a tiempo, ocasionan hemorragias”.

El estrés por la pirotecnia también complica la salud del gato. Como ellos son animales nerviosos y siempre están en alerta, el sonido de los cohetes los altera y, aunque no lo creas, esto hace que se debilite su sistema inmune.

Los adornos navideños, por otro lado, representan una señal de peligro para los gatitos, debido a que pueden ingerirlos y lastimarse. “Los gatos pueden cortarse cuando rompen una esfera, enredarse con las luces y quemarse con las velas. Disfruten de la Navidad, pero no pongan en riesgo la vida del gato”, recalca, por su parte, la doctora Iturbe.

Otra de las enfermedades más comunes que los gatos pueden contraer en esta temporada es la pancreatitis. Darles a probar de poquito en poquito la cena de Navidad (sí, aunque sea sólo una cena) incrementa el riesgo de provocarles este padecimiento, mismo que también puede desatar diabetes y triaditis si la mascota no recibe el tratamiento adecuado, asegura la médica veterinaria Chillon.

Uno de los problemas que enfrentan los gatos esta temporada son las enfermedades respiratorias

Seguir con los programas de vacunación y desparasitación reduce la probabilidad de que el gato adquiera alguna enfermedad, asegura Kenia Chillon, del Centro Veterinario Felino.

Además, explica que la alimentación también forma parte del cuidado. “Hay que evitar los alimentos altos en sodio y aditivos, porque generan problemas en el tracto urinario, inflamación y neoplasia”.

En caso de que el gato no quiera comer, existe la opción de darle Nutriplus, un suplemento en gel que aporta vitaminas y energía. “Podemos aplicar una gota en la patita del gato para que se tome el gel, como si estuviera acicalándose; también puede mezclarse con el alimento”, recomienda Tais Lerin, veterinaria en Daily Vet Care Servicio Veterinario.

Otra cuestión en la que enfatizó Lerin es que el alimento debe contener taurina y proteína animal, ya que si hay un ingrediente de origen vegetal, este puede generar problemas en el colon y en el trato digestivo.

Tamara Iturbe menciona algunos de los signos que el gato muestra cuando está enfermo: deja de comer, duerme más de lo debido, ya no juega tanto y deja de usar el arenero.

“Aconsejamos revisiones anuales y, después de los 10 años, cada seis meses, con el fin de encontrar alguna alteración que la mascota no ha mostrado en casa y para detectarlas de forma temprana”, reitera la veterinaria.

Y, como parte de los deseos de Navidad y fin de año, la doctora Iturbe insistió en la importancia de aumentar los cuidados de las mascotas. “Sería una buena idea que, en los propósitos de Año Nuevo, se comprometan a llevar al gato a una revisión general, porque ahí podemos identificar si está enfermo”.

Aunque los gatos causan ternura cuando usan suéter, gorrito o algún disfraz, los veterinarios no recomiendan, por nada del mundo, ponerles prendas. Si no están acostumbrados, se sentirán incómodos y estresados, entre otras cosas, porque no pueden acicalarse. Además, su sensación térmica difiere a la de los humanos.

“Los gatos son neofóbicos: les da miedo las cosas nuevas y tener un suéter es algo diferente para ellos. Además, ellos ya traen su pelaje; no son una alternativa para cuidarlos del frío; pero si hay un gato que ya está acostumbrado desde pequeño, seguramente no le va a afectar”, advierte Iturbe de CEME Gatos.

 

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