FISCALÍA GUARDA SILENCIO; COLOMBIANO NO TIENE VÍNCULOS CON LOS HECHOS
Mientras la Fiscalía General de Justicia guarda silencio sobre la ejecución de Marco A. M. Reyes, en la avenida Isla de Tris, trascendió que el colombiano, asegurado por la PEP no tiene vínculos con esos hechos.
Apenas ayer se dijo que el detenido podría ser enviado ante una juez de Control por el delito de posesión simple de drogas, aunque la PEP en su momento lo presumió como el presunto responsable del homicidio frente a la Plaza Palmira.
A más de 48 horas de la ejecución, la Policía Ministerial prácticamente abandonó el caso, y sus líneas de investigación que iban en el sentido de que era un enfrentamiento con el grupo de colombianos “gota a gota” se agotaron.
Solamente se dijo que el hombre de aproximadamente 48 años fue atendido, para su sepelio, por la funeraria “Reyes”, y que quizás debido a su apellido tenía nexos familiares. En la necropsia presentaba al menos cuatro impactos de bala, y una estaba en la cabeza.
Aunque no está confirmado, porque normalmente la Fiscalía considera esos datos como “secreto de Estado”, se dijo que en el 2021, la pareja sentimental del occiso, fue ejecutada a tiros mientras cuidaba un tendejón. La autoridad no quiso admitirlo ni desmentir.
Desde que ocurrió el ataque, donde por momentos se habló de un muerto y otro herido, los elementos de la PEP a cargo del “viajero” Julio Luna Carballo, aprehendieron a un motociclista que circulaba cerca de la glorieta del Chechén.
Incluso, el subsecretario Luna Carballo, difundió en redes sociales que “tras los últimos hechos violentos que se han registrado en el Municipio de Carmen, las autoridades de los tres órdenes de Gobierno y con la instrucción de la secretaria de Seguridad Pública y Atención Ciudadana, Marcela Muñoz, han implementado en las últimas horas una serie de operativos por diversas calles de la ciudad”.
A las pocas horas de la ejecución de Marco Antonio, el titular de la PEP, pero que anda por todo el Estado, dijo “esto con la única intensión de salvaguardar la integridad física de todos los carmelitas y lograr la detención de personas que estén relacionadas con el crimen organizado”.
Desde que ocurrió la detención, la Policía Ministerial y el Ministerio Público no estaban convencidos de que el sujeto colombiano fuera el responsable, porque la moto que usaba era distinta a la relacionada en los hechos y se trataba de dos personas al menos.
Sin embargo, luego del interrogatorio, el hombre solo habría confesado que se dedicaba a vender “bolsitas” de polvo blanco, pero que no era un sicario, y menos que hubiera disparado contra el ejecutado.
Al cumplirse las 48 horas de ley, trascendió que “el colombiano” sería enviado ante una juez de Control, pero por un delito distinto al de homicidio, mientras continúan con las investigaciones básicas del asesinato de la noche del viernes pasado.
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