Enrique Pastor Cruz Carranza
Circula en redes un video de la secretaria de Seguridad Pública del Estado de Campeche, la comandanta Marcela Muñoz, quien recibió este nombramiento a partir del inicio del sexenio de la gobernadora Layda Sansores, siendo —como ella misma presume y se lamenta— la primera mujer en tener este vital cargo en esta pobre y convertida en burlesque nacional e internacional entidad.
El contenido de lo que pudo ser una disertación sobre la deficiente seguridad, el incremento de la delincuencia, ejecuciones, fosas clandestinas, paseos dominicales cerrando el malecón de la ciudad capital para pedalear bicicleta con operativos de seguridad, viajes faraónicos a Europa que ni el general secretario y su familia pueden presumir y mucho glamour, el hacer funciones de halconear a agentes de la DEA o sus conflictos dentro de la infernal administración caligulesca, donde se destaca —por halagos de la propia gobernadora— como la más bonita, alta, estética, operada y amada por todos los campechanos y campechanas, terminó siendo un alarde de la clásica vulgaridad dentro del gabinete convertido en una auténtica “jaula de las jaguares locas”.
Es importante esclarecer algunos dichos por la señora secretaria con respecto a su situación con los medios (periodistas), cuando dice que no les da dinero y por ello —cito sus propias palabras— no la bajan de puta, gorda, operada, alta y fea, pero lo más escandaloso es que denuncie o presuma ser la amante de la gobernadora y por ello su dramática situación de crisis existencial.
Al margen de estar en toda la libertad de poder recurrir a las instancias que corresponde, cuando se considera estar siendo violentada en sus derechos de género, preferencias y todo lo demás, con desfachatez generaliza de estos criterios tan ruines, para alardear una vulgaridad que no requiere más comentario por ser evidente el burdo intento de victimización de quien ha sido altamente privilegiada por su presumida “amante bandida”.
Pero lo realmente importante es recordarle a esta dama “del mal decir” que las denostaciones, críticas a su gestión y pocos resultados son evidentes, y que las cifras reales no pueden ser ocultadas, como tampoco la guerra interna por falta de responsabilidad de su jefa y/o amante al generar los entornos convirtiéndola en “la secretaria favorita” y permitirle colocar a toda su descendencia en cargos de primer nivel, lastimando los sentimientos del depredador y delictivo gabinete de las bestias.
Está claro que la secretaria Marcela aprovecha la oportunidad para enviar un demoledor mensaje, no solamente a Layda Sansores, sobre la crisis contra sus enemigos como, en su momento, el padre de sus hijos le reclamó por la permanente agresión del secretario de Gobierno, Aníbal Ostoa, contra su exesposa y extensión de esas batallas de intrigas palaciegas desde la Fiscalía, donde Renato Sales fue acotado con el vicefiscal —su retoño—, y la jugosa plaza del huachicol y lluvia de nieve en Carmen está en manos de su hija Samantha, quien ha destrozado muchos corazones y hecho cimbrar matrimonios por sus talentos exhibidos para las tentaciones de almas débiles y amores perros.
Le recuerdo —por si no lo sabe o lo quiere ignorar— que Aníbal Ostoa tiene la permanente consigna del embajador de México en Guatemala, Romeo Ruiz Armento, de “vigilar a su amor volátil” de todos sus movimientos y dislates.
Y ante las posibilidades de que la “chica incorregible del corazón de Oruba” se integre a la campaña de Claudia Sheinbaum como coordinadora, se tendría que nombrar una gobernadora interina y hasta Laurita Sansores está preocupada que ese cariño del “corazón que la razón no entiende”, la conviertan en gobernadora interina por encima del nunca reconocido hijo jarocho con carencia evidente de ácido fólico o de los compromisos con Raúl Pozos, Armando Toledo o la senadora Rocío Abreu, a quienes se exhibieron perversamente con el tema de los paquetes de dinero en videos de su protegido y corrupto también embajador Carlos Miguel Aysa para bajearles posibilidades.
¿Se acuerda cuando el padre de sus hijos —el periodista bravo— reclamó públicamente a Aníbal Ostoa de estar obstruyendo la ineficiente gestión de su exesposa a la titular del Ejecutivo Estatal, señora comandanta?
El sobrino Gerardo Sánchez, quien maneja los hilos de medios, está muy activo para tratar de romper el encanto de usted con su tía gobernadora, y no solamente sacarla de la jugada para que sigan a gusto robando sin límites los Sansores, sino evitar toda posibilidad cuando —hipotéticamente— Claudia sea la sucesora de AMLO y Layda, sea quien despache en la Segob, usted no pueda suplir a la exreportera de La Jornada, Rosa Isela, en la Secretaría de Seguridad Pública.
La victimización siempre ha sido un recurso socorrido cuando los escenarios se enrarecen, y usted debe estar muy consciente de la inestabilidad integral de quien ayer la convertía en la versión michoacana de “La Dulcinea” y hoy puede estar generando los escenarios de defenestración, pues el hastío o quizás como se rumora en la rola musical de las bajas pasiones: “La gente rumora que alguien del pueblo está estrenando amante”.
Al final, sus dichos contra los campechanos son merecidos por haber votado por quienes hoy se subliman en sus patologías y rapiñan sin rubor y ningún ápice de moral los presupuestos, pero seguros que cuentan con toda la protección de su proxeneta sexenal en vías de extinción.
En nombre de un ápice de dignidad ya debiera renunciar, pero sería aceptar que después de tantos sacrificios, cirugías, pedaleadas dominicales y control hasta del C5, estaría usted derrotada por las intrigas de Romeo Ruiz, la operación del animal y la mezquindad de Gerardito, quienes han demostrado ser expertos coprófagos consumados de su infernal lucha de zahúrda e inmoralidad. Como usted ya sabe es genética de familia.
¡Pobre Campeche! ¡Pobre México!
Más historias
Que vieja tan terca
CINISMO RAMPLÓN
EN LAS TRIPAS DEL JAGUAR: 21 NOVIEMBRE 2024