LOS YERROS DEL CONGRESO. Todo pinta para que el Congreso petrolero sirva para promocionar a Campeche, pero de manera negativa. Tanto la gobernadora Layda Sansores San Román, como el secretario de Turismo, Mauricio Arceo Piña, sabían de la capacidad hotelera y de hospedaje de la capital y de los servicios disponibles, y debieron advertir de ello al Comité Organizador.
Pero hasta antier se dieron cuenta de que se les salió de control la operatividad y argumentaron que “los rebasó la demanda. Que está llegando mucha más gente que la que acudió el año pasado a Villahermosa, Tabasco”. Por eso envían a los congresistas a hoteles en Seybaplaya, Champotón, Tenabo, Hecelchakán, Calkiní, y en el colmo de la estulticia, a Mérida, Yucatán.
Otra vez la incompetencia y la incapacidad de esta nefasta Administración queda al descubierto. En vez de hostigar y perseguir a sus antecesores, pudieron hacer uso de la experiencia que abrevaron de eventos como el Ironman, en que la asistencia de visitantes era muy elevada, y se tomaban previsiones para no hacer el ridículo que harán ahora.
CALLES DADAS EN LA MADRE. La transportación de tanto congresista sin duda representará otro enorme problema, pues la gobernadora Sansores no pavimentó las principales arterias de la capital. Ni siquiera se dio a la tarea de bachearlas con su ridícula huella del jaguar. ¿Para qué pidió el Congreso petrolero si no iba a dotar de mejor infraestructura vial a la capital?
No extrañará que para ocultar su incompetencia, desidia e irresponsabilidad eche culpa de ello a la alcaldesa Biby Rabelo, pese a que tampoco le entregó recursos adicionales para tal encomienda. Para mover a los ocho mil visitantes se necesitarán entre 40 y 80 autobuses, los cuales van a saturar nuestras decadentes vialidades.
Si bien algunos asistentes rentaron vehículos y una gran mayoría será movilizada en autobuses, para los que requieran desplazarse a otros lugares ya se anticipa que el servicio de taxis será insuficiente. Ahora nuestras autoridades, a las que sólo les falta rebuznar, buscan remedios para solucionar lo que pudieron haber previsto.
ATRACTIVOS ABANDONADOS. ¿En qué van a entretener a los ocho mil visitantes? Este brillante Gobierno —si les decimos estúpidos, idiotas e imbéciles, mañana demandan que les violentamos el género—, desmanteló luz y sonido de Edzná, nunca dio mantenimiento a las fuentes del malecón, por lo que no operan bien, no ha reparado el video mapping del Centro Histórico, que lleva meses fuera de foco y mantiene abandonado el parque Moch Cohuó.
Si la gobernadora Sansores sabía del Congreso petrolero, ¿por qué dejó en el abandono los atractivos que engalanaban la capital? ¿Incompetencia e irresponsabilidad? Fueron construidos por Fernando Eutimio Ortega Bernés y Rafael Alejandro Moreno Cárdenas, dando seguimiento al proyecto integral del malecón iniciado por José Antonio González Curi y Jorge Carlos Hurtado Valdez. Campechanos que dejaron huella a su paso por el Gobierno.
A diferencia de sus antecesores, Layda Sansores no ha hecho absolutamente nada. Carece de amor por esta tierra, lo que se refleja en el abandono en el que mantiene aquello que nos debió distinguir de otros. ¿Qué vamos a presumir a los visitantes? Presumiremos como nos gobierna Morena: dándole en la madre a todo y a todos. Esa es la huella que dejará.
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