Tribuna Campeche

Diario Independiente

Exclusiva: las reglas para las corcholatas

Que comience la batalla

Arlequín (*)

Ni dudosas encuestas, que sabe Dios quién las pueda cucharear, ni incómodos y tediosos debates que pueden generar desunión, fracturas o divisiones. Olvídese de procesos de dudosa calidad, este Arlequín le tiene una propuesta infalible y exclusiva para seleccionar a la corcholata de Morena, para la persona que tendrá la alta responsabilidad de sentarse en la silla que deje en 2024 el mejor presidente que ha tenido México, la mujer o el hombre que sobre sus hombros llevará la responsabilidad de dar continuidad con cambio a la grandiosa cuarta transformación.
Se trata, querida lectora, querido lector, de una sofisticada batería de exámenes y retos que cada una de las corcholatas deberá superar. Además, de las pruebas, los aspirantes deberán de firmar también algunos compromisos.
Los rubros a evaluar serán tres: talento, aptitudes físicas, apego a la austeridad republicana y lealtad a la 4T.
Aquí el “Método Arlequín de selección de Corcholatas” (marca registrada, no acepte imitaciones):
Talento
Concurso “La Voz 4T”. El que sepa y cante en público más canciones de Chico Che. Un punto extra si, además, toca algún instrumento musical, como el güiro. Se evaluará actitud, gracia, baile y vestimenta del participante, así que hay que ir comprando overoles de mezclilla y armar una play list para que el vocero presidencial y dj, Jesús Ramírez, vaya preparando las pistas para la mañanera.
Competencia de tamales. La corcholata ganadora de esta competencia tendrá que demostrar capacidad para cocinar tamales de chipilín, con masa colada y chanchamitos. Se evaluará sabor, apego a la receta original y amarrado correcto de cada uno de los tamales, según el tipo al que pertenezcan.
Examen de abrazos y apapachos. De manera oral y escrita se evaluará la capacidad de cada una de las corcholatas para brindar respeto a los grupos de la delincuencia organizada y reconocerlos cuando se “porten bien” y darles un fuerte regaño, incluso acusarlos con sus padres y abuelos cuando se porten mal (no olvide la chancla, por si acaso). Y, lo más importante, abrazar, abrazar y abrazar y jamás tirar plomazos a los criminales. Para seguir en la contienda, las corcholatas deberán pasar este examen al menos con una calificación de 8 sobre 10.
Nota: Para pasar a la siguiente etapa del proceso, las corcholatas que aprueben las competencias anteriores además deberán cursar y acreditar el curso avanzado de domador de dinosaurios, con maestría en especies raras, como el Bartlettosaurio Rex y el Ovalleraptor.
Aptitudes físicas. Prueba de “macaneo”. Para poder mantenerse en la carrera por la candidatura presidencial cada una de las corcholatas deberá tener un promedio de bateo (macaneo) de, al menos, 300. Adicionalmente, un pítcher profesional les lanzará en un turno al bat a cada una de las corcholatas y ganará la prueba quien se vuele la barda. Si dos o más corcholatas empatan, habrá lanzamientos de desempate hasta que una logre hacer más cuadrangulares.
Prueba de despertado. Aquí se evaluará la capacidad de cada una de las corcholatas para levantarse de manera espontánea a las cinco de la mañana todos los días de la semana, con el fin de seguir con la tradición de la reunión de gabinete se Seguridad y las conferencias mañaneras. Aquí no se evaluará si sus ideas para estas reuniones son innovadoras o si servirán o no para acabar con la inseguridad, lo que se calificará es que no se les peguen nunca las cobijas. Los contenientes no podrán usar reloj despertador, teléfono celular o cualquier otra herramienta que los despierte (ojo, tampoco se permiten gatos o perros).
Prueba de tolerancia al amor del pueblo. Ser capaz de caminar por al menos ocho horas entre cientos de miles de fieles que demuestren su amor con abrazos y saludos, sin que le vaya a dar un váguido (como el que sufrió don Epi Ibarra). Se evaluará el tiempo de recorrido y el número de abrazos, besos o estrechadas de mano.
Prueba de llenado del Zócalo. Cada una de las corcholatas deberá llenar al tope el Zócalo de la Ciudad de México y aguantar horas bajo el sol sin que se desmaye. El juez que dará fe y contará el número de asistentes que logre convocar el o la candidata será Martí Batres, experto certificado por la Universidad de la Ciudad de México en conteo de manifestantes. (Queda prohibido que se ofrezca el concierto de algún artista como parte de la convocatoria a acudir a la Plaza de la Constitución).
Prueba de resistencia al discurso. Por al menos ocho horas, el aspirante deberá parase frente a un atril y hablar sin decir nada. Durante ese tiempo, el o la aspirante, podrá hacer dos pausas de un minuto para tomar agua, tiempo que aprovechará la brillante señorita Vilchistes para tratar de hacer reír a los jueces con su fino humor involuntario.
Apego a la austeridad republicana. Prueba de renuncia a lo fifí. Cada corcholata que quiera competir deberá pasar la prueba de la austeridad que consiste en jurar sobre un ejemplar de la Cartilla Moral un compromiso en el que se acepte que durante los primeros cuatro años se viajará en avión de línea y en un auto compacto color blanco, preferentemente un Jetta. Luego del cuarto año, no antes, se podrá cambiar el avión de línea por jets y helicópteros de las Fuerzas Armadas y el Jetta por Suburban.
Prueba de desprendimiento del lujo. Quitarse el Rolex y guardarlo en el clóset durante los siguientes seis años (ahí le hablan canciller). Optar por el uso diario de un reloj baratito (No se aceptarán relojes de Mickey Mouse, pues son un ícono del imperialismo yanqui).
Examen de cartera. Durante la evaluación, y para el resto de su vida, todas las corcholatas deberán de comprometerse a no traer más de 200 pesos en su cartera. Además del dinero, puede ser un solo billete de 200 o dos de cien, sólo se podrá llevar en la billetera un “detente”, es decir una imagen del Sagrado Corazón de Jesús.
Renuncia a los viajes al extranjero. Firmará ante notario público que no se caerá en la tentación fifí de ir a cumbres y demás reuniones en los que el jefe del Estado mexicano no sea el único que pueda hablar.
Prueba múltiple de lealtad con la 4T y su líder máximo.
Requisito 1. Aunque la corrupción se acabó en México desde hace ya varios años, antes de seguir en la competencia, las corcholatas deberán de asegurarse que sus familiares no aparezcan en videos recibiendo sobres con dinero para apoyar el movimiento y que sus hijos no estén casados con señoras de dinero que les renten casas en el extranjero y les den vida de fifís a los vástagos presidenciales. Si se comprueba que alguna corcholata se encuentra en esta situación, será descalificada en automático de la competencia y será enviado a vivir a Houston durante los seis años de la nueva administración.
Requisito 2. Jurar con una mano en el corazón y otra sobre la Cartilla Moral, no mentir, no robar y no traicionar. Aunque nos es obligatorio comprometerse a cumplir con los juramentos.
Requisito 3. Deberán comprometerse a entregar toda obra de infraestructura a las Fuerzas Armadas. Por cuestiones de seguridad nacional cualquier escuela, aeropuerto, carretera, puente o inmueble del Gobierno Federal deberá ser única y exclusivamente construido por soldados o marinos y los costos y nombres de proveedores no podrán ser revelados.
Requisito 4. Presentar un ensayo en el que digan qué acciones tomará para que durante la temporada dos de la cuarta transformación el reino de España pida perdón por la conquista y se arrepientan de todos los atropellos que cometieron sus invasores contra los pueblos originarios.
Requisito 5. Demostrar, con hechos, su animadversión por los órganos e instituciones de contrapeso de poder. Jurar que tendrán un desprecio total y un combate frontal contra el Poder Judicial, el INE y el INAI.
Requisito 6. Como un compromiso de transparencia y en homenaje al presidente más rendidor de cuentas de la historia, hacer informes de gobierno cada tres meses, o antes si es necesario, y siempre ante un Zócalo lleno.
Requisito 7. Mantener al frente de la salud a Hugo López Gatell, pues si por mala suerte llega una pandemia, el país no puede darse el lujo de tener al gran científico y domador de pandemias.
Requisito 8. No tomar Coca Cola (aguas negras del imperialismo), y sólo beber aguas frescas de frutas naturales. Se puede comer tamales, garnachas, fritangas y cualquier platillo frito o empanizado, pero nunca acompañarlo de refrescos embotellados, pues eso puede ocasionar desde el peligroso “mal del puerco”, hasta algún tipo de “desmayo transitorio” o váguido.
Con este método de selección, los mexicanos tendremos la seguridad de que nos gobernará la mejor persona y que la continuidad de la transformación está garantizada. Por la cantidad y diversidad de las pruebas, retos y compromisos, la posibilidad de un empate es casi nula, pero, como le dije al principio, este método es infalible, ya que de darse un empate se estipula que el Presidente y su dedito, que es la voz del pueblo, decidirá quién en el ganador de la justa.
Ahora sí, que comience la batalla por la candidatura morenista.
¿Qué le parecieron estas reglas?
Inmejorables y serán la envidia de Mario Delgado, dirigente de Morena, y de Ponchito Durazo, jefe del Consejo Nacional del partidazo.

(*) Analista serio de la política cómica.

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