Carlos M. Urzúa
Bueno, pues resulta que el presidente López Obrador, como si no tuviera innumerables asuntos urgentes que atender, decidió participar en el intercambio de dimes y diretes que iniciaron hace unos días dos expresidentes de México, Vicente Fox y Felipe Calderón.
El sainete inició con un video en Twitter por parte de Fox en donde afirmó, el 8 de junio pasado, lo siguiente: “Que no te engañen, fue en mi Gobierno en que empezó en todo el país el programa de adultos mayores 70 y más, la diferencia es que hoy se usa con fines político-electorales”.
Una afirmación a la que reaccionó el mismo día Felipe Calderón con estas palabras: “El programa 70 y más empezó durante mi Gobierno”.
Los dos expresidentes dijeron una falsedad, ya sea por desconocimiento o a propósito. Ni tardo ni perezoso, López Obrador reprodujo en su mañanera la siguiente declaración, un tanto cantinflesca, que había hecho medio año antes:
“Cuando decidí dar esta pensión, cuando fui jefe de gobierno de la Ciudad de México, que nosotros lo iniciamos y ofrezco disculpas, pero salió de esta cabecita y este corazón, no lo copiamos”.
López Obrador estaba en lo correcto al afirmar que, en el año 2001, el primero de su mandato como jefe de gobierno del entonces llamado Distrito Federal, se estableció un programa de apoyo alimentario y de atención médica para adultos mayores de 70 años residentes en la ciudad. No estaba en lo correcto, sin embargo, al afirmar que esa iniciativa había salido “de esta cabecita y este corazón”. Programas de ese tipo abundan en muchas latitudes.
Un punto muy importante acerca del programa original es que era focalizado, no universal. Estaba circunscrito a los adultos de 70 años o más que residían en zonas de muy alta, alta y media marginación en la ciudad. Era la Secretaría de Salud del Gobierno local quien se encargaba de esa focalización territorial.
No obstante, una vez que López Obrador tuvo plena conciencia de la enorme rentabilidad electoral del programa, lo volvió universal para los adultos mayores de la ciudad en el año 2003.
Justo también en ese año el Gobierno de Fox instituyó un pequeño programa de ayuda a los adultos mayores que residían en localidades rurales con menos de dos mil 500 habitantes, de alta y muy alta marginación. Ese programa federal se transformó en el llamado “70 y más” durante el sexenio de Calderón.
A lo largo de los años se fue ampliando la cobertura de las localidades: de 20 mil habitantes en 2008, se acabó incluyendo cualquier tipo de localidad. El programa no era universal, sino que estaba focalizado en los adultos mayores que no tenían otra pensión y no estaban afiliados a una institución de seguridad social.
Algo muy similar se estableció en el sexenio de Peña Nieto, pero ahora para los adultos mayores de 65 años o más.
Siempre pensando en los votos, López Obrador acabó haciendo ese programa universal. No sólo eso, sino que el otorgamiento de la pensión ya tiene un carácter constitucional.
Más aún, pensando en particular en las elecciones presidenciales, el Presidente anunció desde el año pasado que en el 2024 la pensión bimestral se incrementará 25% más. Volveremos a este asunto la semana que entra.
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