Cleotilde Herrera Díaz afirmó que el Centro de Justicia para la Mujer sólo sirve para proteger a violentadores.
De nada sirve que paseen en las vetustas instalaciones del Centro de Justicia para la Mujer (CJM), a cargo de Jossie Verónica Huesca Díaz, a quienes critican el actuar de la dependencia, si los expedientes rezagados no son judicializados y sólo extienden medidas de protección a las víctimas, que no sirven de mucho.
Cleotilde Herrera Díaz, delegada estatal de la Comisión de los Derechos Humanos “Insurgentes de la República Mexicana”, A.C., afirmó lo anterior, y reveló que el CJM se ha convertido en centro de psicología donde el personal cuestiona la forma de vestir de las mujeres, con la idea de proteger a violentadores.
“Tanto a la señora Jossie como a parte de su personal les hace falta meterse al trabajo de oficina, y sentir el dolor de las víctimas. Ahora la encargada quiere tapar el sol con un dedo dándole un paseo a quienes cuestionan su ineficacia y omisión como titular de esa área”.
“Me gustaría que Jossie Huesca hable de los expedientes judicializados, porque no pide órdenes de aprehensión. Ahí demostraría trabajo a favor de las mujeres, pero usa de excusa las decenas medidas de protección, que simplemente no sirven”.
“Cada vez es más frecuente la queja de mujeres que llegan en busca de asesoría para que avancen las denuncias que han ingresado al CJM, por violencia doméstica o sexual, pero desde que llegan a denunciar son tratadas como responsables del delito, y un ejemplo claro es el caso de la estudiante de la Unacar”, detalló.
La defensora de derechos humanos indicó que ese es el pan de cada día, por lo cual la queja de activistas y ciudadanos en su conjunto habla de un deficiente servicio y trabajo del CJM, cuya titular —Jossie Huesca— prefiere contactar a sus críticos para darles un “paseo” y dar carpetazo a las denuncias, criticó.
Hay rezago —aseveró—, y si me equivoco que lo demuestre dando cifras de expedientes judicializados, pero esta funcionaria siempre habla de medidas de protección a las mujeres, que eso y la “carabina de Ambrosio”, que es lo mismo a no hacer nada. “Sólo la hacen de psicólogas, preguntan a las víctimas cómo iban vestidas, pues tal vez provocaban. Así se sacan de rápido a las quejosas, no trabajan, ni tienen conocimiento de lo que hacen, está claro que su puesto fue por favoritismo y dedazo, y que urge renovar la dirección de esa área”.
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