Anaconda: Pemex, el inquilino incómodo y peligroso

Mariano Espinosa Rafful

Para nadie es un secreto que han pasado más de cuatro años y medio, de incumplimientos por parte de la petrolera con los empresarios locales en Ciudad del Carmen, y poco o nada han avanzado en el tema de los pagos pendientes.
La llegada al Gobierno Federal de la 4T, y sobre todo la ignorancia del titular de Pemex, dieron como resultante una supuesta auditoría que detuvo la liberación de facturas por al menos dos años, según versiones en declaraciones de los afectados, las cuales tenemos documentadas.
Hoy por hoy seguimos leyendo de parte del Consejo Coordinador Empresarial que los adeudos continúan, los pagos han sido a cuenta gotas y han sido varias empresas las afectadas, su personal y sus finanzas han caído, éstas últimas al grado de tener que cerrar.
Una relación tortuosa, peligrosa, donde el inquilino Pemex hace lo que quiere, sin sanciones, además del daño al medio ambiente, el impacto social en la población desde mediados de los años 70 que llega a la Isla no sólo con oficinas administrativas, sino a terminar con una economía boyante como lo era la pesca y exportación de camarón.

REFINERÍA, EN EL DISCURSO

En Dos Bocas se cumple una de las obras emblemáticas de López Obrador, que dicho sea de paso abandonará quien encabezará la candidatura al Gobierno de Veracruz en 2024, la secretaria de Energía, Rocío Nahle, quien ha matizado los altos costos que de inicio se preveían para la construcción de una refinería en pleno siglo XXI.
Cuando la modernidad tecnológica, con la sustitución de energías limpias por los países exportadores de petróleo es una realidad, México le apuesta quizá a tirarse un clavado a una alberca medio vacía.
En la Península de Atasta, de acuerdo a datos duros de los días de campaña del tabasqueño Presidente, una refinería se construiría en esa zona para Campeche, pero sobre todo para Carmen, Municipio donde se asienta gran parte de su infraestructura para la operación costa afuera de su exploración y exportación de crudo.
Aún sin refinar un barril es un hecho la partida de Nahle, pero lo es más que nos hemos quedado esperando esa justicia para con la población que padece la falta de empleo, la fuga de empresas hacia Dos Bocas y el beneficio hoy para el vecino incómodo.

A EXIGIR CONTRATOS PARA LO LOCAL

Continuamos con la queja, el lamento y el escaso ruido que se da como resultado de inferir la no disposición de Octavio Romero Oropeza, flamante ingeniero agrónomo que explora en lo verde de los pastizales en el Golfo de México el futuro de Pemex, no aterrizar sus oficinas en suelo carmelita, porque se reparten culpas en una conferencia mañanera, porque además no se trata de la capital Campeche.
Hemos sido testigos de que en el recuento de los ecos que ha dejado el Congreso Mexicano del Petróleo, realizado en una gran carpa de circo sin payasos amenizándolo, no hubo protestas, todo fue miel sobre hojuelas y los resultados se esperarán seguramente que los anuncie alguno de los seis precandidatos a ocupar la silla presidencial en 2024 en Palacio Nacional o con la apertura de Los Pinos nuevamente, para el ganador.
Fue una instrucción presidencial que no se ha cumplido, ni se cumplirá, Octavio Romero Oropeza es parte de ese vaivén de ociosidades, visitas a plataformas marinas sin aviso previo ni entrevistas con los medios, cero atención al hospital de Pemex en medicamentos, médicos y resolución de su director por agresión física denunciada por su esposa.
Ha fallado el planteamiento de los empresarios locales porque falta liderazgo, una voz que se sustente en la fuerza de quienes prestan servicios y alquilan mano de obra calificada en los campos petroleros de aguas someras, para exigir oficinas no, sino contratos para lo local, donde se adolece de atención no sólo en la falta de pago de millones de dólares.

SUBEN DE TONO PROTESTAS DE JUBILADOS

Ramón Magaña abandonó a sus afiliados a un sindicato sin respeto, no hay asambleas generales, ni informativas, la base trabajadora de 400 personas no conoce ni el pliego petitorio que se está “negociando”, no hay revisión contractual, ni de los acuerdos con la actual rectora Sandra Laffón, quien ya puso en la mesa su renuncia hasta en dos ocasiones en el lapso de seis meses, tipo el secretario de Gobierno, Aníbal Ostoa.
Cual Cantinflas declara Magaña, quien no atiende los problemas sindicales, como la Ayuda Mutua, y los finiquitos son poco transparentes, montos ridículos que se negocian con abogados al margen de la Unacar.
No hay para cuando pagarles a los jubilados, cuyas protestas suben de tono con justa razón en los eventos ridículos por el aniversario 56 con reconocimientos a modo. Además, trasciende que se cocina, y no a fuego lento, el relevo de la rectora por parte del grupo que defraudó a la Universidad con la Estafa Maestra, con Juan Pablo Cetina a la cabeza, que mueve el tapete desde las entrañas universitarias, escondido por cierto en los actos de las facultades en un estandarte sin planchar.