A la intemperie, en los bajos del Palacio de Gobierno sobreviven desalojados de San Eduardo
A la intemperie, padeciendo los efectos del ardiente sol del mediodía, las lluvias de la tarde y noche y el frío de la madrugada, sobreviven decenas de hombres, mujeres, senectos y niños que fueron desalojados violentamente del predio San Eduardo por casi 100 antimotines, así como efectivos de las policías Ministerial y de la Estatal Preventiva, pese a que cuentan con cartas de asignación que les otorgó la Secretaría de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano (Sedatu).
Con hambre, sed, acoso policiaco y amenazas de ser encarcelados por el delito de despojo, los habitantes de la comunidad de San Eduardo dijeron que se mantendrán en el Palacio de Gobierno en lucha por justicia y que les permitan regresar a sus casas, donde fueron desalojados por orden de la gobernadora Layda Elena Sansores San Román, que se ha negado rotundamente a escucharlos.
“No tengo donde vivir”, señala Dolores del Jesús López Fernández. Además de padecer de la presión, tiene problemas de la vista. Con los ojos cargados de lágrimas, muerde los labios hasta entumirlos, para no estallar en llanto. Pasó la noche en la calle junto con sus dos hijos.
“Todavía el jueves dormimos bajo un techo en nuestro hogar, y hoy una lona nos cubre de la intemperie. Comemos de lo que la gente nos regala”, agrega, mientras profundiza su tristeza. Ella lleva cinco días despertando entre el bullicio, pensando que se trata de una pesadilla. Lo perdió todo.
Recuerdan que el viernes vivieron el peor susto de su vida y sintieron el más grande coraje e impotencia, cuando irrumpieron violentamente alrededor de 100 policías y ministeriales. Hace dos años celebraban que Layda Sansores ganaba la gubernatura del Estado, porque les había prometido que les daría los títulos y hasta casas.
Hoy lamentan haber votado por ella, porque así como su padre el exgobernador Carlos Sansores Pérez, que despojó a campesinos de sus tierras, seguramente se quiere quedar con las de San Eduardo, por el valor que tendrá al ubicarse en las inmediaciones de lo que será la estación del Tren Maya.
Hasta el momento no hay acuerdos ni solución a este conflicto. Los pobladores piden que la gobernadora los escuche, así como ella los buscó en campaña. Dice que no es igual, pero parece que resultó peor que los gobernantes del PRI.
En las escalinatas de Palacio de Gobierno, niños corren como si fuera el patio de sus casas, y otros se están enfermando de vómito y diarrea. Están expuestos al mal clima. Ellos deberían estar en sus casas, pero el Gobierno de Layda Sansores ordenó el desalojo para dejarlos sin un techo dónde pasar el día y la noche. No tiene sentimientos. Es una hiena.
Han pasado por los pasillos del edificio que simboliza el máximo poder en el Estado, pero nadie los escucha ni les da respuesta ante la demanda de establecer una mesa de diálogo. La Fiscalía General del Estado (FGE) se deslinda y argumenta que es un tema político, aunque mantiene la amenaza de encarcelar a los líderes por el delito de despojo de un predio particular.
Más historias
MONREAL CONFIRMA DESAPARICIÓN DE 32 INSTITUTOS ESTATALES DE TRANSPARENCIA
PREOCUPA QUE EL EJECUTIVO PRETENDA RECORTES EN ÁREAS COMO SALUD: ARMENTÍA
LAYDA ENGAÑÓ A EMPRESARIOS: SEDENA NO CONTRATA A CAMPECHANOS EN LA PAVIMENTACIÓN DE LA CARRETERA 180