¿GOBERNADORA O VOCERA DE PEMEX? El pasado miércoles 28 de junio advertimos que para la petrolera mexicana no tiene valor la vida de los trabajadores que laboran en sus plataformas, a las que no se da mantenimiento. Viven hacinados en cuartuchos a los que no les funcionan los aires acondicionados, alimentados con comida de baja calidad, con atención médica deficiente, sin medicamentos, y no les pagan completas sus prestaciones laborales.
Fue un acto criminal del director Octavio Romero Oropeza, cancelar los contratos de mantenimiento preventivo y correctivo de las 250 plataformas de Pemex. Las convirtió en verdaderas bombas de tiempo, por lo que debe ser despedido, detenido y enjuiciado por la muerte de los trabajadores de la plataforma Nohoch Alfa, que explotó el pasado sábado.
De tan lamentable suceso, Layda Sansores hizo labor de vocera de la paraestatal, informando lo sucedido, pero no tuvo ni el valor ni el arrebato para reclamar a Romero Oropeza. ¿Así apuesta por un México mejor? ¿Dónde termina la línea de sirvienta presidencial y comienza la de gobernadora de Campeche? ¿Cuántos más tienen que morir para que exija mejores condiciones laborales?
DE VOCERA A DECLAMADORA SERVIL. Los Frentes Políticos de Excelsior tampoco pudieron pasar por alto la penosa conducta servil de la gobernadora. Dedicaron el tercero de sus comentarios del pasado martes, titulado “De loas y olvidos”. Reproducimos textualmente por si les quiere dedicar un Pinocho en su próximo Jaguar.
“Durante la conferencia matutina de ayer, Layda Sansores, gobernadora de Campeche, dio a conocer que en septiembre se realizará la primera prueba dinámica del Tren Maya. Con este motivo, emitió un breve poema que ha causado furor en las redes y desatado una oleada de opiniones. “Tú, hermano Andrés, el hijo de la milpa, tú que llevas todos los colores del maíz tatuados en la piel, tú como el caballo de fuego, óyelo bien: serás historia y leyenda”, le dijo la gobernadora. Las dotes declamatorias de la mujer, no obstante, no son tan buenas como los olvidos en los que incurre habitualmente. Ni los artesanos campechanos, ni los desalojados del predio San Eduardo, en Champotón, tienen tanta suerte. A ellos ni los voltea a ver”.
Insistimos, ¿dónde termina la línea de sirvienta presidencial y comienza la de gobernadora de Campeche? Le importa más quedar bien con su amigo Presidente que con sus representados campechanos.
TRAICIONÓ A LOS CARMELITAS. Por cierto, nada dijo la gobernadora de las declaraciones de la senadora Rocío Abreu Artiñano, de que las oficinas de Pemex se las están llevando a Tabasco. Recordemos que en una mañanera de diciembre del 2022, el presidente López Obrador habría sugerido a Layda Sansores que le pidiera incumplir su promesa de campaña de trasladar las oficinas de Pemex a Ciudad del Carmen.
Obedeció y rechazó la petrolera pretextando que se carecía de infraestructura en Carmen. El mes pasado Pemex informó al Senado que “el 72% de 21,999 plazas de confianza fueron reubicadas fuera de la Ciudad de México”, sin decir a dónde. De inmediato Abreu Artiñano reclamó que el compromiso del Presidente fue de llevarlos a Ciudad del Carmen, pero que ahí no estaban las personas reubicadas, sino en Tabasco.
El señalamiento de Rocío Abreu no encontró eco en Layda Sansores, que prefirió privilegiar sus compromisos políticos y pisotear a los carmelitas. De nuevo preguntamos ¿dónde termina la línea de sirvienta presidencial y comienza la de gobernadora de Campeche?
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