Arlequín (*)
Odio decir que él se los dijo, pero él se los dijo.
Cuántas veces dijo el Presidente que el INE es muy caro, y que no sirve para nada, y cada vez que lo decía, salían a las calles hordas de conservadores a decir: “con el INE no”, “el INE no se toca”. Pero esta semana, el presidente López Obrador acaba de dar una lección a aquellos que tanto defienden al órgano electoral.
¿Para qué queremos un costoso INE, cuando él, el Presidente, 11 meses antes, en la mañanera ya le dijo a usted y al mundo quien va a ganar?
Y sí, para tranquilidad del pueblo bueno y preocupación de la perversa oligarquía, la cuarta transformación seguirá adelante y en 2024 iniciará su segundo turno al bat (permítame el término beisbolero, pues el béisbol es el deporte del rey, perdón el rey de los deportes).
Sí, sin presupuestos millonarios, sin necesidad de tener miles de empleados, sin altos funcionarios con sacrílegos sueldos superiores al del Presidente, sin pagar seguros de gastos médicos mayores, sin necesidad de gastar en tecnología y en costosas credenciales de elector con decenas de candados de seguridad, el Presidente ya le dijo quien ganará el derecho y el honor (recuerde que “es un honor estar con Obrador” ) de continuar con la obra que inició el Tata AMLO.
Sólo fue necesario presentar un par de encuestas en la mañanera para que usted sepa ya cuál será el partido que ganará en la elección de 2024. Como sucedía en los años dorados del PRI, en 2024 en México no se generará la incertidumbre que viven algunas democracias, en las que el resultado de la elección se conoce hasta después de los comicios, para su tranquilidad, el Presidente le informó quien triunfará el próximo año.
Qué tiempos aquellos en los que muchos meses antes de la elección se sabía que el PRI sería el ganador. Cuando Díaz Ordaz destapó a Echeverría, nadie en su sano juicio pensó que alguien más que don Luis podría ser el próximo presidente. En aquellos años no existía el INE, no hacía falta, el pueblo cumplió con el formalismo de ir a las urnas el domingo 5 de julio de 1970 y el 1 de diciembre el licenciado Echeverría se cruzó en el pecho la banda presidencial, sin que esos fuera sorpresa para nadie, y sin la necesidad de algún árbitro electoral.
Gracias a la 4T esos tiempos de estabilidad y certidumbre están de regreso. Por lo pronto, esta semana, en la mañanera, el Presidente dijo que partido va a ganar, obvio Morena. Y en las próximas semanas, dirá el nombre de la candidata o candidato presidencial morenista. Y una vez que Morena y la oposición tengan candidatos, el Presidente le informará en la mañanera quién ganará, o mejor dicho, cuál será el margen por el que la o el aspirante morenista derrotará al opositor, pues con anterioridad nos ha dado a conocer el nombre del partido ganador.
Cómo usted verá, no es necesario un INE, y quizá, tampoco lo sea el Tribunal Electoral, para qué gastar tanto.
Pero, no sólo el Presidente ha demostrado lo innecesario que es el INE, los partidos también han puesto su granito de arena.
Aunque la ley establece los tiempos electorales, primero Morena, y después el frente integrado por PAN-PRI-PRD, arrancaron con sus precampañas cuando ellos lo decidieron.
Sin importar el calendario establecido por el INE, los morenistas empezaron con la colocación por todo el país de propaganda de sus candidatos, la contratación de anuncios espectaculares, pintas en bardas, entrega de gorras, camisetas y despensas, acarreo de personas y celebración de actos masivos, y cientos de cosas prohibidas por la ley, se han puesto en marcha por el partido oficial para elegir su candidato o candidata presidencial. Y los opositores, con menor despliegue de propaganda, arrancaron también su proceso de selección, violando los tiempos establecidos por el INE.
¿Y qué ha hecho el INE al respecto? Validar los procesos, poner algunos requisitos menores, y ver como en su cara se pasa por encima de la ley. De nuevo la pregunta ¿para qué queremos un INE tan costoso?
Si el INE no va a hacerse respetar y obligar a los partidos a que se apaguen a las fechas oficiales del proceso electoral, a que respeten las leyes electorales y a hacer valer la ley, pues francamente, no es necesaria su costosa operación. ¡Cuánta razón tenía AMLO!
En tiempos de austeridad hay que hacer más con menos. Y, si el Presidente ya cobra su modesto sueldo, y por el mismo precio puede organizar y conducir el proceso electoral de 2024, pues hay que permitirle que lo haga, y no andar con críticas y denuncias ante los tribunales.
El Presidente, desde luego podría sin problema conducir la elección y en esa tarea no estaría solo, pues en su equipo tiene grandes expertos en materia de comicios, por ejemplo, ahí está Manuel Bartlett, viejo lobo de mar y experto en sistemas electorales, que, sin descuidar su valioso trabajo en la Comisión Federal de Electricidad, lo podría ayudar en el conteo de votos.
Y, por la limpieza y honestidad en el conteo de sufragios ni se preocupe, estarían en buenas manos, pues recuerde que los políticos de la 4T no roban, no mienten, no traicionan y mucho menos alterarían los resultados de una elección, ellos son muy respetuosos de las leyes y de las instituciones.
Dicho todo esto, regresemos a la reflexión inicial ¿Para qué queremos un costoso INE? ¿No cree usted que ya es INEcesario?
ME CANSO GANSO. Pemex, no manches. Imágenes de satélite de la Agencia Espacial Europea mostraron que en los campos petroleros de Ek Balam, en el Golfo de México, un derrame provocó una mancha que alcanzó una extensión de 467 kilómetros, un área de tamaño similar a la Ciudad de México. Pemex dijo que la mancha era menor a un kilómetro. ¿Será que la Agencia Espacial Europea y los científicos de la UNAM que descubrieron el derrame y presentaron las imágenes, son parte de un grupo de conservadores que urden un complot para atacar a la cuarta transformación? Pemex, no manches el océano.
(*) Analista serio de la política cómica.
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