Es la homicida de menores en serie más mortífera en la historia británica
(Agencias).-“No tiene remordimientos. No hay atenuantes”, dictaminó el juez de la enfermera Lucy Letby, que mató a siete recién nacidos en un hospital. Sólo tres mujeres han recibido una pena tan dura en el Reino Unido.
La sanitaria pasará el resto de su vida entre rejas por haber asesinado a siete neonatos, según la sentencia dictada este lunes por un juez británico.
Letby es la asesina en serie de bebés más sanguinaria del Reino Unido. Esta historia de terror ocurrió tras las paredes de la unidad neonatal del Hospital Condesa de Chester, en el norte de Inglaterra, desde 2015 y durante 13 meses.
En ese tiempo, la acusada, que ahora tiene 33 años, acabó con la vida de cinco niños y dos niñas inyectándoles insulina o aire, o alimentándolos a la fuerza con leche.
Algunos bebés a los que esta enfermera atacó eran gemelos: en un caso asesinó a ambos hermanos, en otro mató a dos de tres trillizos, y en dos ocasiones a un gemelo, pero fracasó en sus intentos de matar al otro.
“Fue una campaña cruel, calculada y cínica contra los niños más pequeños y vulnerables”, declaró el juez James Goss, que ha condenado a la acusada a cadena perpetua sin posibilidad de excarcelación.
“En sus acciones hubo una profunda malevolencia rayana en el sadismo (…). No tiene remordimientos. No hay atenuantes… Pasará el resto de su vida en la cárcel”, añadió, mientras los padres de las víctimas sollozaban en la sala.
La policía no ha encontrado ningún móvil para sus crímenes. El juez Goss ha admitido que únicamente Letby conoce las razones de sus actos.
“Actuó de forma totalmente contraria a los instintos humanos normales de criar y cuidar a los bebés”, indicó el magistrado, quien consideró que las afirmaciones de la acusada de que había hecho todo lo posible por cuidar de sus pequeños pacientes fueron “una de las muchas mentiras” que dijo a lo largo del juicio.
La enfermera, por su parte, se ha negado a salir de la celda para escuchar su sentencia, lo que ha llevado a exigir que se obligue a los criminales a enfrentar el impacto de sus actos en sus víctimas o sus familias.
La madre de uno de los bebés muertos ha descrito la decisión de Letby como un último acto de maldad.
Los desgarradores crímenes de esta enfermera, que tenía 25 y 26 años cuando cometió los asesinatos, han horrorizado al Reino Unido, destrozado las vidas de muchas familias y causado un daño a sus colegas.
La policía investiga otros cuatro mil ingresos en unidades neonatales en las que trabajó Letby para averiguar si hay otras víctimas.
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