Manuel R. Gantús Castro
Ya se aclaró por la Secretaría de Seguridad.
El olor que se sintió en casi toda la ciudad, fue por la caca que está en el mar y que libera un gas apestoso, metano, al descomponerse. Por eso muchos referían percibir olor como cuando se está limpiando una fosa séptica.
Las recomendaciones son que si usted sigue oliendo a caca y continúan las molestias, acuda a una clínica u hospital para ser revisado. Aunque dice esa misma Secretaría que dicho gas, en pequeñas cantidades no es tóxico.
Pero, siempre hay un pero, ¿cómo sabemos que ese metano es en «pequeñas» cantidades? ¿Cómo lo miden? ¿Cuáles son los efectos en el organismo y los síntomas? Etcétera.
Pero no se preocupe tanto, si nuestro apacible y triste mar campechano siempre ha recibido la caca de los compitas, sin discriminación alguna. Desde los pobres hasta los ricos, todos han cooperado con su dosis personal de caquita desde la fundación de esta ciudadsita.
Hubo intentos de guardar esa caca en fosas sépticas, que lo único que lograron fue que nuestra caca familiar fuera guardada como herencia para los años por venir. En vez de resolver ese problema de salud pública con el tratamiento y distribución del drenaje de las aguas negras.
Warning:
Si usted es de la tercera edad o más, fíjese bien si decide acudir a una clínica porque continúa el olor a caca… Revise si por su incontinencia, sus calzoncillos o los chones de la fémina, están con caca… Si no lo están acuda a la clínica.
¡Vale!
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