Manuel R. Gantús Castro
“Al morir, el Ciudadano Kane, expiró una sola palabra… Rosebud”,
Introito.
Los cambios climáticos modificaron todo en ese otrora paraíso selvático, lugar de origen de los aluxes, los cuales también sufrían como los demás habitantes: ardillas, cotorras, gorriones, pollos, pavos, caballos, vacas, terneros, águilas, etcétera…
Ah!, y los reyes de las charcas, los sapitos!… y qué decir de la flora con sus colores y sus olores que perfuman esa tierra y vestían el Carnaval diario; muchas especies desaparecieron ante los inclementes cambios.
El sapito mayor, también conocido como Abusapito, estaba muy preocupado y decidió platicar con los aluxes, que aunque no eran muy gregarios, tampoco se oponían a las familias mientras respetaran y cuidarán su hábitat… la vida se deslizaba tersamente y ellos disfrutaban plenamente, tejer las crines de las yeguas y vigilar las siembras y proteger a los pajaritos cuando se caían de sus nidos, devolviéndolos con premura para evitar a los depredadores que rondaban al acecho.
La sequía se ensañó y así las plantas se secan, los árboles pierden sus frutos y en consecuencia, menos pajaritos, menos trinos, etc.
Los aluxes se reunieron, angustiados ante la situación que se vivía. La jerarquía en ese grupo se había mantenido por la longevidad del Alux mayor, su sapiencia y especialmente la sabiduría acumulada durante más de ochenta y dos años, dedicada al cuidado de todos los que vivían en ese pequeño paraíso conocido como Xcampeu!
Una situación como esa, sólo se había presentado hacía muchos años, recordaban el Alux mayor y Abusapito, cuando una nevada inundó ese espacio, cuya temperatura era generalmente de entre 38 a 40 grados C, y como todos ustedes saben, para que una nevada se presente es necesario que la temperatura descienda por debajo de los cero grados centígrados.
Abusapito recordó que en su infancia, en los años que vivió en Campeche, hubo una vez que los charcos se habían secado en el sitio en que vivía, todo ocasionado por una maldición que la horrenda bruja Chupacharco había dado a tres chamacos que le habían robado su iguana preferida… esos niños se la devolvieron y la horrible bruja les suspendió el castigo y volvió a llover y consecuentemente los charcos se formaron de nuevo con los habitantes habituales… y los sapitos!, of course!
El Alux mayor escuchó pacientemente, y al terminar el relato,le dijo al relator Sapito, que el actual caso no era semejante porque las horrendas brujas no existían en Xcampeu y por lo tanto se descartaba esa posibilidad como la causa.
Abusapito se remojó en su charca preferida, ahora con menos agua, y recordó que cuando estudió en el Instituto Saporil, había un cuate que cada vez que lo veía le endilgaba una cantaleta que decía: Gantus la tuza… la tuza es un animal que se introduce en la tierra para extraer los jugos necesarios para su nutrición.
Y de ahí, hasta la próxima vez.
¡Fue entonces que comprendió que la causa eran las tuzas!
Las tuzas sin control se comen las raíces y a menos árboles, menos lluvias y a menos lluvias más sequía.
El Alux mayor confirmó la teoría de Abusapito… pero el problema era ahora, cómo resolverlo…
Ni pensar en matarlos porque ni los aluxes ni los sapitos lo hacían. Entonces Abusapito le dijo al Alux mayor que la única solución era dialogar con la tuza mayor y explicarle lo que sucedía… y así fue y la tuza lo entendió y cooperó, cambiando su dieta y su método de planificación familiar y todos felices.
Pero el Alux mayor, por tanta preocupación y por su edad, sufrió un infarto aluxinico y falleció exclamando ¡Xcampeu!
¡Vale!
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