Enrique Pastor Cruz Carranza
Me dirijo con toda educación a la científica y virtual candidata presidencial de Morena y aliados, Claudia Sheinbaum Pardo, con la más humilde solicitud de que sea usted tan amable de cumplir sus compromisos asumidos en el rancho “La Chingada” de AMLO la Navidad del 2020 , cuando se decide sea usted la sucesora del Presidente y para coordinar su campaña política nacional fuera Layda Sansores la responsable del proyecto, y por ello Carlos Miguel Aysa entregaría la plaza estatal nuestra, de común acuerdo.
Los campechanos estamos muy atentos sea así, si bien es cierto su presencia en su campaña sería un lastre, contaminaría más con sus demencias y caprichos sin límites; las promesas se deben cumplir.
No aceptamos parcialidades, pues toda la pandilla corrupta que usted conoce y se ha denunciado por la alcaldesa de Álvaro Obregón, Lía Limón saquearon la jurisdicción, esa misma organización delincuencial está causando un profundo daño en Campeche y presumen —si usted logra ganar el proceso— se apoderarán de la Segob, SSP, SRE y la FGR, para hacer del sureste los dominios de la hija del cacique negro, pues se tienen muchos audios y videos listos para linchar a quienes intenten no cumplir sus arrebatos.
No es suficiente se lleve a un inútil, mediocre y vulgar florero como Aníbal Ostoa, cuando los integrantes de la “delincuencia hormonal desorganizada” aparentemente se mantendrá protegidos por la 4T y su nombre, señora Sheinbaum, es puesto como blindaje para seguir la robadera del presupuesto del Estado, lo que oportunamente le informé en “la mañanera” a AMLO pero a él le parece es una saqueadora gobernadora extraordinaria que merece tratamiento similar a Ignacio Ovalle.
Somos más del 65 por ciento los campechanos que nunca votamos por Laydita y no estamos dispuestos a seguir soportando esta maldición agudizada de la versión tropical femenina, sin límites, moral, escrúpulos y pudor de un Campeche para todos los ladrones de su movimiento de degeneración integral y los nefastos Sansores Pérez–San Román y descendencia atroz, adoradores santeros de Calígula.
Con todo respeto y sin hacerle caso al ideólogo bastardo árabe-yucateco infiltrado en su campaña por conducto de Adán Augusto López —el misógino y crítico sin criadillas por su naturaleza de mal nacido, Alfredo Jalife Rahme—, le reitero mi petición que estaré insistiendo, pues la justificación de todos estos abusos y locuras se presume —contar con su complicidad y el sustento—, entre fantásticas francachelas y orgías donde la rola de Chico Che (Los nenes con los nenes, las nenas con las nenas), es la protección a no darle curso a las denuncias en la FGJCMX por la siempre elegante e impactante dama doña Ernestina Godoy.
Esperamos hechos y no promesas como la de traer las oficinas de Pemex al Carmen, del mitómano de Palacio Nacional.
Gracias por su atención.
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