Jesús rechaza cualquier forma de violencia y venganza
Tras llamar a orar por los campechanos que se encuentran varados en Israel por el conflicto palestino-israelí, el obispo de la Diócesis de Campeche, José Francisco González González, mencionó que hay que ser trabajadores en la viña del Señor, para ser elegibles de la vida eterna.
En misa dominical recordó la parábola donde Jesús se refiere al dueño de una viña, que la alquila a unos campesinos. El propietario se ausenta un tiempo, con la esperanza de gozar de los frutos.
En ese acto de confianza total, el dueño no se preocupa de vigilar ni de controlar el trabajo de los viñadores. Confía en ellos y lo deja todo en sus manos.
“No deja de sorprender el comportamiento del propietario. Ante los primeros enviados para cobrar la cosecha y maltratados, manda un segundo grupo de siervos más numeroso, con la esperanza que su reacción cambie. Su paciencia es más grande que la pérdida de los viñadores. Sin embargo, el resultado es igual, o hasta peor, porque el número de las víctimas aumenta”, sostuvo.
El propósito del propietario es de orden moral, más que jurídico. No recrimina por la falta de frutos, sino el trato violento hacia los siervos y espera ardientemente que su hijo sea respetado. Es la primera vez que en una parábola se hable del hijo del propietario, el hijo de Dios, claramente aludiendo a Jesús. Él será, precisamente, quien irá a la condena de muerte, por el hecho de ser el hijo enviado.
“Surge un punto importante, ¿Jesús en algún momento apoyó la violencia? Lo que podemos afirmar es que Jesús en la cruz rechaza cualquier forma de violencia y venganza: ofreció un perdón incondicional a sus verdugos y dio la vida por ellos”, puntualizó.
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