HECELCHAKÁN.— Al unísono, grupos de niños y jóvenes, cada quien por su lado, forman parte de las ramas, tradición que se niega a morir y que en los últimos años ha repuntado, pues además de recaudar dinero, es parte de la convivencia que desde pequeños aprendimos, afirmó Teresa Pantí López.
Algunas son adornadas con esferas, pueden ser ramas secas pintadas del color que gusten, también hay de pencas, pero no importa.
Lo que sí es que los integrantes, incluso hay grupos de adultos mayores, canten alabando al Niños Dios próximo a nacer según la religión católica.
Los grupos cantan villancicos como “Los peces en el río”, “Noche de paz” y “Denos aguinaldo”, que reciben en monedas, y que son guardadas para organizar la posada antes del 12 de diciembre, añadió Mirna Cosgalla Nah.
“Nos gusta lo que hacemos y nos divertimos cantando, la gente ya lo sabe, a ver cómo nos va esta vez, ojalá logremos recolectar algo de dinero para la posada”, indicó Mariel Ordóñez Cab.
La rama que realizan los jóvenes y niños son adornadas, algunos los llenan de algodón, otros cortan hojas de huano y con esferas, en algo hay que invertir, pero todos colaboran. Con ella, durante más de 10 días recorrerán las calles de los barrios.
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