Luis Rubio
La desigualdad de oportunidades es uno de los mayores males de México, quizás el peor de todos. La noción profundamente arraigada en la mitología de que cualquier mexicano que pueda hacerse eco de la llegada de Benito Juárez desde un remoto lugar rural a la sede del poder presidencial es claramente falsa, al menos para la abrumadora mayoría de la población.
Raymundo M. Campos Vázquez* ha escrito un tratado sobre el tema, centrándose en este último desde distintas perspectivas. Su argumento es claro y convincente: sin crear condiciones que permitan a cualquier mexicano aprovechar oportunidades similares desde el principio, el país nunca resolverá sus problemas de crecimiento, desarrollo o seguridad.
Aunque discrepo de algunas de las medidas específicas que propone, su propuesta central es indiscutible: México requiere una burocracia profesional no partidista —un Estado que funcione— para atender ese malestar central que obstaculiza el desarrollo del país. Yo añadiría que un Estado de esa naturaleza resolvería no sólo eso sino mucho más.
“No Blank Check”, un libro de Reeves y Rogowski, analiza la tradicional desconfianza de los estadunidenses respecto del poder de su presidente. Los autores estudian las limitaciones constitucionales en sus ejecutivos federales como las encuestas a lo largo del tiempo para determinar el grado de libertad o restricción con el que cuentan los presidentes de ese país para actuar.
La conclusión a la que llegan es que el electorado estadunidense está más preocupado por los resultados que por los medios empleados para lograrlos, pero que, sobre todo, le disgustan los presidentes que dan rienda suelta a su libre albedrío.
El mejor libro que leí este año, quizás el mejor en al menos una década, es “La mente trágica”, de Robert Kaplan. Incluye una profunda reflexión sobre el orden, la anarquía y el liderazgo capaz de liderar un país en condiciones perennemente difíciles, donde las alternativas no son blancas y negras, pero las consecuencias de una mala decisión pueden ser trágicas.
El valor del libro reside en su clarividencia: la importancia del conocimiento y la sabiduría en la toma de decisiones, que permite diferenciar lo que es posible de lo que no se puede lograr o lo que es accesible de lo que fácilmente puede conducir al caos.
Yeonmi Park es una inmigrante de Corea del Norte que logró escapar de su país y luego experimentó la peor pobreza hasta graduarse de la Universidad de Columbia en Estados Unidos.
Su libro, While Time Remains, describe la precariedad de la vida en su país natal, la brutalidad de la ambición de China y sus temores sobre cómo evolucionan las guerras culturales en Estados Unidos, lo que explica cómo la nueva religión del género, la equidad y el lenguaje está envenenando la interacción entre las personas y la política en general, hasta el punto de que Estados Unidos está empezando a parecerse a la tierra de su nacimiento. Esto presenta una historia aplastante que vale la pena leer.
“Por qué caen los imperios” es un libro imponente que cuestiona los argumentos de Edward Gibbon (1776) en su libro “La historia de la decadencia y caída del Imperio Romano”.
Según Heather y Rapley, Roma no tuvo por qué acabar derrumbándose como lo hizo, sino que hubo una serie de decisiones que llevaron a su caída y, sobre todo, a acciones que se entendieron pero que no se emprendieron para evitar la erosión del imperio en todas sus fronteras, como efectivamente ocurrió.
A partir de esa lectura, los autores comparan el devenir de Occidente durante las últimas décadas y concluyen que el descenso es evidente, pero que puede revertirse si se atienden los males estructurales, sobre todo los asuntos presupuestarios y financieros que aquejan a los principales países occidentales y eso, como en el caso de Roma, podría ser la causa última de su ruina. Se trata de una poderosa línea de razonamiento, aunque los paralelos que establecen los autores no siempre parecen razonables.
En “La Revolución Rusa”, Victor Sebestyen cuenta la historia más cruda, iconoclasta y herética que he leído sobre este evento icónico. Comienza su descripción en términos de la naturaleza del liderazgo del movimiento que condujo a la construcción de la sociedad que produciría el “hombre nuevo” y luego ofrece la historia más devastadora de destrucción, opresión y abuso que uno pueda imaginar. Una historia bien contada que explica mucho de lo que vive y sufre el mundo actual.
Cuando China en los años 80’s decidió abrir su economía e incorporarse a los circuitos comerciales internacionales, la expectativa en Occidente era que avanzaría hacia una transición democrática.
Seguramente eso no sucedió, pero como replica Bethany Allen en su libro “Reglas de Beijing”, China tenía su propio plan y optó por aplicarlo sistemáticamente desde el principio y, aunque esto sólo se hizo evidente décadas después, innumerables inversores en China y diplomáticos quienes vivieron ese proceso lo observaron y lo entendieron completamente.
El libro contiene una extraordinaria descripción de la forma de evolución de las decisiones que vinieron a configurar el desarrollo de esa gran nación asiática.
Spinoza en el Parque México, de Enrique Krauze, es un tomo erudito y que enseña una lección que, a pesar de sus momentos de altivez, retrata una vena distintiva de México, del mundo y de la historia que no se debe perder.
¡Felices vacaciones!
*Desigualdades. Por qué nos beneficia un país más igualitario
www.mexicoevalua.org
@lrubiof
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