Persisten con Layda deficiencias en salud

Necesarios especialistas, medicamentos y equipo

ESCÁRCEGA.— Aunque la gobernadora, Layda Sansores San Román asegura que todo está bien en el año que concluye, las deficiencias en materia de salud dejaron innumerables problemas a la población.
Mientras las llamadas casas de salud de las comunidades carecen de médicos y medicamentos, en el Hospital General las quejas por la falta de equipos, doctores especialistas, y medicinas, también fue un punto negativo que mantuvo en riesgo a los ciudadanos, incluso se registraron decesos por presuntas negligencias, como denunciaron familiares de fallecidos.
En la mayoría de las comunidades las casas de salud no resuelven ni siquiera lo más elemental para la población, pues además de carecer de medicamentos, la falta de médicos es un problema que pone en riesgo a la población, pero no lo entienden las autoridades.
Rigoberto Cisneros Arredondo, dirigente municipal del Partido de la Revolución Democrática (PRD), afirmó que entre las innumerables carencias en materia de salud, sin duda destaca la falta de médicos, y eso se debe porque el Gobierno no paga lo justo, por eso a los profesionistas no se les hace atractivo prestar sus servicios en esos lugares.
Es un secreto a voces, continuó, las carencias. Estamos en retroceso. Todo lo que ha presumido el presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador, y la gobernadora Layda Elena Sansores San Román, son mentiras; sus datos, no coinciden con la realidad que se vive, y desafortunadamente, los principales perjudicados son los ciudadanos, indicó.
Al menos, continuó, el Gobierno debería garantizar que las casas de salud cumplan con su función, que tengan médicos y medicamentos para que se atiendan problemas simples y eviten que los ciudadanos viajen a la ciudad para atenderse. Lo más grave es que la gente pueda fallecer por esos síntomas, y si eso ocurre, la única responsable es Layda Sansores.
Resulta una vergüenza que la secretaria de Salud no tenga ningún tipo de estrategias para mejorar el servicio, pues los problemas continúan y las necesidades aumentan.
No quieren entender que es una prioridad resolver lo apremiante, y mientras eso sucede, las familias de escasos recursos son las que pagan las consecuencias.