CÍNICA Y MENTIROSA.
No deja de sorprender el cinismo y desvergüenza de Layda Sansores, que en su pasado Martes del Jaguar culpó a los “conservadores” de pelear sucio, realizar campañas negras, traer extranjeros para desinformar a la gente, manipular encuestas y hasta de utilizar equipos de espionaje ahora que arrancan las elecciones. ¿Se mordió la lengua la vieja y corrupta mandataria?
Porque quien ha hecho un muladar de su show semanal, en el cual emprende campañas de desprestigio contra críticos y opositores, realiza campañas sucias y desinforma de sus actividades, exhibe grabaciones producto del espionaje telefónico que realiza, ha llenado el Gobierno de foráneos y manipula información a su conveniencia, es precisamente ella. Es una cínica, sinvergüenza, mentirosa y corrupta abusadora del poder.
En su desfachatez, ha recortado recursos al Instituto Electoral, donde operó para correr a la consejera presidenta Lirio Suárez, y poder así manipular el conteo de votos en la jornada electoral del próximo 2 de junio. ¿Quién es la que pelea sucio? Tiene las manos tan llenas de estiércol, que por eso 8 de cada 10 campechanos la reprueban y repudian. Y les sobra razón, pues tienen un Gobierno carente de resultados y en decrecimiento, que está saqueando a más no poder el erario público.
SINVERGÜENZA EXPRIÍSTA.
Durante su Martes del Jaguar, Sansores comentó que en 1998, “descubrió” un centro clandestino de espionaje telefónico donde interceptaban llamadas de dirigentes de oposición, periodistas, políticos locales y del gobernador Antonio González Curi… hoy, 25 años después, quien comanda el espionaje es ella, y exhibe sus hallazgos en su programa semanal. ¿No le da vergüenza?
Peor aún, todos esos conservadores a los que critica con tanto odio y que ayer eran priístas, hoy se afiliaron a su partido, se pusieron camiseta guinda y forman parte de su corrupto y nefasto Gobierno. Entonces, ¿es o no es Morena un nido de conservadores? Tan es así que a todos los que participaron en la nada pacífica resistencia de 1997 no les dio ningún cargo público.
La conservadora, fifí y multimillonaria mandataria escupe para arriba. Se queja de ese pasado corrupto del que ella fue cómplice muda, pues como legisladora se la pasaba jugando Candy Crush en su butaca, sin dar golpe. Nunca reclamó nada para los campechanos, no presentó ningún punto de acuerdo a favor nuestro, y no le interesaba nada relacionado con Campeche. Pero no tiene vergüenza, nunca la tuvo, ni la tendrá.
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