Al borde de las lágrimas, Diana Leticia Vázquez Aguilar, integrante de la Policía Estatal (PE) que resultó gravemente herida en el operativo fallido en el penal de Kobén, recuerda a cada momento las palabras de su pequeño hijo: “Mamá, ya no quiero que trabajes ahí”.
Reveló que ha sido blanco de amenazas intimidantes, de llamadas que intentan silenciarla exigiéndole no dar entrevistas y ofreciéndole 10 mil pesos, para acudir a su pase de lista en la Academia de Policía.
Se arma de valor, suspira y continúa: “Mi esposo e hijo ya no quieren que trabaje en la PE, ante el temor de que les hagan algo por estar en contra del Gobierno Estatal”.
Diana lucha ahora contra graves problemas de salud. Los servicios médicos proporcionados por el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) son insuficientes.
A pesar de sus lesiones en la columna, rodillas y cuello, el Seguro Social carece de los equipos necesarios para realizarle los exámenes adecuados.
Por esa razón, su tratamiento se limita a aliviar el dolor con medicamentos intravenosos, dejando sus preocupantes lesiones sin la atención requerida.
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