Caballada enclenque

Si de por sí la “caballada” morenista que surgió luego de la postulación de candidatos a las posiciones federales, mostró a un partido guinda sin muchos prospectos fuertes para la sucesión gubernamental, la determinación de “bajar” de su candidatura al quemasantos Héctor Malavé Gamboa, permite diagnosticar anemia en fase terminal.

No es que Malavé fuera un candidato fuerte con posibilidades de meterse en la sucesión gubernamental. No. Lo que pasa es que “subieron” en su lugar a Elda Castillo Quintana, de perfil no bajo, sino subterráneo en grado fósil, que seguramente se conformará con llegar a San Lázaro por la vía plurinominal, ya que será difícil que esa posición la ganen por mayoría.

Lo interesante es el escenario raquítico que está construyendo la gobernadora Layda Elena Sansores San Román para su sucesión. No está sembrando candidaturas fuertes.

A Raúl Aarón Pozos Lanz lo sacó de la jugada precisamente para no permitirle crecer ni construir su posible candidatura. A Renato Sales Heredia (que de por sí no gana elecciones, pero sabe ‘venderse’ como prospecto) tampoco le permitió incorporarse en el carril sucesorio.

Aníbal Ostoa Ortega no tiene fuerzas para competir por la primera magistratura estatal, y es imposible que los campechanos vayan a aceptar que los gobierne un chiapaneco. De los otros candidatos federales sólo hay que decir que seguramente ni en sus casas los conocen.

En el caso de Jamile Moguel, va a ser difícil que gane la Alcaldía. No crece en las encuestas, y para inflarla le inventaron un “reconocimiento” nacional como “la mujer influyente del año”, según la asociación Napolitan Victory Awards, de nulo prestigio y cero reconocimientos. 

En el remoto caso de que sus operadores puedan comprar los votos suficientes y hacerle ganar la elección, a Jamile no le van a permitir crecer, porque no es la candidata de la ‘famiglia’, y si por alguna razón se quiere brincar las trancas, ya sabe que el segundo intento no será fallido. Los mismos le harán lo mismo.

En este contexto, ¿de dónde sacará Layda Sansores la personalidad con carisma, arrastre, credibilidad, respaldo popular y penetración que pueda garantizar la continuidad de su proyecto? ¿Será su hermanita Laura? ¿Será el Seso Loco? ¿Postularía a Marcela o candidatearía a su “amante legítimo”?

Un enigma. Y si bien es cierto que falta mucho tiempo para hablar con profundidad del tema, hay que empezar a ver, a perspectiva, que la caballada morenista está desnutrida, y que con ninguno de los que aparecen actualmente en escena podría siquiera dar una batalla competitiva.