TERCA Y MENTIROSA.
Al menos la mitad del gabinete ampliado nos externó que lamenta la terquedad de Layda Sansores, cuya insistencia en imponer a la criminal comandanta guanajuatense al frente de la policía ya tuvo un enorme costo político para el Gobierno. Peor fue que los obligó a firmar y difundir la carta que publicó en sus redes sociales el sábado.
“Ante los permanentes hostigamientos, noticias falsas, ataques en las redes sociales, calumnias, descalificaciones y ahora incluso amenazas de muerte contra la vida de la secretaria de Protección y Seguridad Ciudadana de Campeche… manifestamos todo nuestro respaldo incondicional y solidaridad a la compañera maestra Marcela Muñoz Martínez”.
Ni es hostigamiento, ni noticia falsa, ni calumnia, ni ataque, ni descalificación. Que no siga mintiendo Layda Sansores. ES UNA EXIGENCIA DEL PUEBLO. Respecto a las amenazas de muerte, esas que se las reclame a los mafiosos con los que hizo tratos para financiar su campaña. ¿Será por eso que tanto Marcela como sus hijos van fuertemente escoltados a todos lados?
LASTRE ELECTORAL.
Pepe Grillo, en La Crónica de Hoy, titula su comentario “Qué sigue en Campeche” y confirma que la terquedad de Layda Sansores en mantener a la criminal Marcela Muñoz al frente de la policía ya ocasionó daños colaterales irreversibles. Primero porque ya se convirtió en un lastre para Morena, y porque los campechanos están hartos de ella y exigen que se largue. Leamos.
“Ya no funciona a la gobernadora Layda Sansores su estrategia de minimizar y burlarse de las marchas de protesta en su contra allá en Campeche. Cada nueva marcha es más numerosa que la anterior. Aunque el origen del descontento es una rebelión del cuerpo de policía, lo cierto es que la gente concentra su enojo en la gobernadora y exige su salida. Las personas que protestan se han cuidado de no acercarse a ningún partido político, pero la oposición está de plácemes. La crisis de la policía los puede regresar a la jugada antes de lo que pensaban”.
Layda Sansores ya es un estorbo, su terquedad no permite la gobernabilidad del Estado, y peor aún, representa un lastre a los candidatos de Morena, que van a pedir el voto y en respuesta les piden que se lo vayan a pedir a la madre de la gobernadora. Falta ver qué partido capitalizará electoralmente las protestas.
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