De manera silenciosa, sin hacer ruido y sobre todo sin que eso impacte en las tareas asignadas a su dependencia, el fiscal Renato Sales Heredia renunció a su cargo, porque al fin le cumplieron uno de sus caprichos: incluirlo en la lista de candidatos a diputados locales plurinominales.
Espera Renato ser el presidente de la Junta de Gobierno y Administración, pero la verdad es que no hay garantía de que eso suceda.
En teoría, son los integrantes de las bancadas las que eligen a su coordinador parlamentario, pero en los hechos ya sabemos que sólo acatan la línea que les envían desde las dirigencias de su partido, y en el caso de los morenistas, de lo que decida la gobernadora.
Hay que advertirle a Renatito que el hecho de que llegue a ser diputado —se facilitaría con la debacle anunciada para su partido— eso no garantiza ni que sea el líder parlamentario, ni que vaya a presidir la Junta de Gobierno y Administración.
Lo primero —ser líder parlamentario— porque la gobernadora podría inclinarse por el joven inepto, pero sumiso diputado Antonio Jiménez Gutiérrez, quien sustituyó al difunto Alejandro Gómez Cazarín, y quien cumplió a cabalidad la orden de supeditar el Poder Legislativo al Ejecutivo, y lo segundo —ser presidente de la Junta de Gobierno y Administración— porque así como están las cosas, es muy difícil que Morena pueda tener mayoría absoluta en la Cámara local de Diputados.
El objetivo de los partidos opositores a Morena es tener en Campeche la mayoría en el Congreso, para limitar los abusos y excesos en que ha incurrido la gobernadora. El ciudadano común ya sabe que su voto cuenta, y está consciente de que hay que acotar el poder absoluto que han ejercido los Sansores —la tía y el sobrino loco— en perjuicio de los campechanos, para devolvérselo al pueblo.
Las expectativas apuntan a que en Campeche Morena no va a revalidar la mayoría en el Congreso, y eso desplazaría a Renato para ser uno más de los diputados. Probablemente sea el líder parlamentario de su partido, pero eso es lo que menos le interesa. Él quiere esa plataforma por dos razones fundamentales: una, porque maneja más de 300 millones de pesos cada año, y dos, porque desde ahí piensa catapultarse a la candidatura de Morena al Gobierno del Estado.
Pero para todo eso requiere el apoyo de Layda Sansores y de su sobrino Seso Loco, y hasta el momento los hechos han demostrado que no tiene el respaldo, que lo han usado para armar expedientes inflados contra los adversarios políticos de la mandataria, pero hasta allá.
Anótele el hecho de que, hasta ahora, ninguno de esos enemigos del laydismo ha pisado la cárcel, así que Renatito no puede presumir eficiencia.
Por otro lado, hay que anotar un hecho muy importante. Renato Sales renunció a la Fiscalía desde principios de abril y no sólo no hizo el anuncio oficial el Gobierno, sino que tampoco se han apresurado a designar a su sustituto, lo que de entrada demuestra que su presencia no era indispensable, y que tampoco hace mucha falta tener a un titular en la Fiscalía, pues con la estructura en funciones, ese trenecito marcha solo.
¿No habrá manera de ahorrar los 140 mil pesos mensuales que cobra el fiscal y seguir trabajando sólo con los vicefiscales y el resto del actual personal? Ojalá valoren nuestra propuesta.
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