CRECE LA DELINCUENCIA.
Ha pasado más de un mes de paro y protesta de los policías, y la soberbia gobernadora ha sido incapaz de solucionar las peticiones de los uniformados. En su empecinamiento por imponer a Marcela Muñoz Martínez, criminal directora del operativo fallido en Kobén, entre las patas se está llevando nuestra seguridad.
Ejecuciones y balaceras se han incrementado alarmantemente en todos los Municipios de Campeche, y lejos de dar herramientas a los policías, Sansores les quita gasolina y patrullas para complicarles su labor. ¿Es su estúpida estrategia para regresar a la comandanta criminal? Porque lo único que nos resta por escuchar, es que en el colmo de su estulticia, también le eche la culpa de estos asesinatos y balaceras a Eliseo Fernández.
Su Gobierno fallido nos está llevando a una crisis de gobernabilidad. Si con el pésimo manejo del operativo de Kobén, Marcela Muñoz comprobó su ineptitud para proteger las mujeres policías, con el deplorable manejo de esta crisis Layda Sansores confirmó su incapacidad, torpeza e incompetencia para gobernar. Las dos deberían renunciar y largarse. Son probadamente inútiles.
MISÓGINA ENLOQUECIDA.
En la columna Templo Mayor, de Reforma, el pasado lunes se mofa de los “logros” de Layda Sansores, cuya terquedad de mantener al frente de la SPSC a su criminal amiga Marcela Muñoz, ha incrementado la inseguridad y llevado al Estado a la ingobernabilidad. Va el texto.
“Quien sigue imponiendo récords es la campechana Layda Sansores. Y no es ningún halago… se convirtió en la primera gobernadora en ser inscrita en el registro nacional de personas sancionadas por violencia política de género.
La mandataria tendrá que aparecer en el registro durante dos años por decisión del Tribunal Electoral Federal, que sancionó a la morenista por sus señalamientos misóginos y hasta amenazantes en contra de diputadas y exdiputadas del PRI.
El otro logro de su Administración es que ya superó los 35 días de paro de policías en Campeche, que siguen en demanda de que se destituya a la secretaria de Seguridad Pública, Marcela Muñoz. El colmo es que, con todo y la protesta, los agentes siguen saliendo a patrullar, pero el Gobierno Estatal no cesa el hostigamiento, y ahora les cortó el abasto de gasolina, por lo que los policías tienen que trabajar con donaciones de combustible. Vaya logros los de Sansores…”.
Habrá que corregir el gentilicio, pues de campechana no tiene nada más que su fortuna familiar producto del latrocinio y saqueo del erario. Además, no la quieren los campechanos. Su Gobierno es el más repudiado del que se tenga memoria, gracias a sus recurrentes mentiras y promesas incumplidas.
Como dijimos el pasado miércoles —y precisamos que esto no es misoginia sino absoluta verdad—, es una probada inepta, corrupta, mentirosa, sinvergüenza, ladrona y criminal.
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