“Hay mucha desesperación en la jefa policiaca Pelos de Sosquil y sus cinco comandantes mafiosos para recuperar las patrullas y volver a tomar el control de las calles y avenidas de la capital del reino de la Culebra y la Garrapata”, afirma don Julián, en su acostumbrada charla vespertina en el Parque Principal.
La brisa de la tarde aleja de inmediato la sensación térmica de que estamos en una sucursal del infierno. “Tenemos la virtud de estar a las orillas de este pacífico mar, si no, el golpe de calor ya nos hubiera llevado al paraíso hace mucho tiempo”, agrega el senecto exsirviente de la mansión blanca del Sátrapa Negro.
Sus contertulios quedaron interesados, luego del prefacio al meollo de su charla, de modo que el senecto exsirviente decide continuar: “No les importa dejar sin herramientas de trabajo a los policías que ya ajustan más de cinco semanas desde que decidieron sublevarse…”.
“A ellos, a los comandantes mafioso y a su jefa corrupta les urge retomar el control de las calles y de las entradas de la ciudad. Que las patrullas estén en manos de sus incondicionales, de sus lambiscones, de los que acatan sus órdenes sin chistar”.
“Y es que lo que está en juego no es cualquier cosa, es el pacto secreto, son los acuerdos inconfesables que tienen con la delincuencia organizada y que no han podido cumplir desde que fueron expulsados de la sede oficial de la Secretaría y los mandaron a un rincón de la academia” agrega el viejo charlista.
“Y esto que voy a decir espero que no me ponga en la lista negra, pero claro que es totalmente cierto —añade tenebrosamente don Julián— a ellos, a los comandantes mafiosos y a la jefa Pelos de Sosquil no les conviene que el Ejército y la Guardia Nacional sigan patrullando la ciudad y sus alrededores. Menos les conviene que las fuerzas federales tomen el control de los accesos a la ciudad…podrían descubrir muchas cosas y podrían tocar fibras muy sensibles…” .
Sus contertulios abrieron desmesuradamente los ojos, como si fuera un par de huevos estrellados. “Por eso quieren recuperar las patrullas, las camionetas, las motos… les urge volver a instalar los retenes, para tener ocupados todos los vehículos y elementos, mientras que los malandros cometen robos, asaltos, extorsiones, y los traficantes pueden mover tranquilamente sus mercancías… ya llevan un mes paralizados, más de cinco semanas que los cinco comandantes mafiosos y su jefa momificada han dejado de cumplir con su parte y eso está empezando a causar molestia en los capos…por eso les urge volver a tener el control absoluto” rubrica el veterano charlista su inusual aseveración.
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