Chacha desesperada

La opinión pública campechana es abrumadoramente contraria a la gobernadora Sansores. Su imagen está muy deteriorada y su director de Comunicación Social ya no sabe cómo recomponer las cosas.

Circula en redes sociales un audio con la voz del director de la Unidad de Comunicación Social del Gobierno del Estado, Walther (con h) Patrón Bacab, en una de esas reuniones semanales que realiza con los encargados de las áreas de comunicación social de las dependencias estatales, en que se le escucha alterado, se nota desesperada a la “Chacha” —como le dice Seso Loco— urgiendo a los voceros a generar más contenido en las redes sociales.

Cabe aquí hacer la precisión de que la “Chacha Walas”, como es conocido en la jerga política del gabinete laydista, se reúne todos los miércoles con los voceros de las dependencias estatales, para hacer una evaluación de lo que se abordó en el programa “Martes del Jaguar”.

Cada uno de los voceritos debe entregar un resumen con los temas abordados por la señora Sansores y presentar pruebas documentales (capturas de pantalla, fotocopias de los textos, etcétera), en que cada uno (a) de ellos (as), reaccionó a todo lo dicho por la mandataria en su mamotreto de los martes. Se ganan un punto extra si además de sus comentarios de respaldo a la senecta, responden con sarcasmo, burla o insultos, a los comentarios críticos que pudieran afectar la “imagen” de la jefa de todos ellos.

En su más reciente reunión de “evaluación”, que en realidad es de adoctrinamiento y de medición del grado de lealtad de sus subordinados, la “Chacha Walas” los regañó porque en sus oficinas han dejado de generar contenidos, es decir ya no producen boletines, no generan información favorable al Gobierno y a su respectiva dependencia, y tampoco han aportado material que se pueda utilizar para el golpeteo contra los adversarios políticos del régimen, en especial, muy en especial, contra la alcaldesa con licencia Biby Rabelo.

O sea, los voceritos deben producir videos o audios donde se muestre el mal estado de los servicios públicos, o algún material que dañe la imagen de la alcaldesa con licencia. La idea es atacarla, destrozarla, aniquilarla. La difusión de esos productos se hace a través de las páginas digitales panfleteras, al servicio del Gobierno del Estado.

Se entiende que generen material informativo sobre las acciones de sus respectivas dependencias, pues para eso les pagan. Lo que no es correcto es que sean sicarios informativos en contra de los enemigos políticos de la gobernadora. Eso es un exceso y hasta puede constituirse en delito electoral al utilizar recursos públicos con fines político-partidistas.

Pero ese es el grado de desesperación de la senecta gobernanta y su bola de asesores, que no dan una. Por eso se escucha una voz  muy alterada de la Chacha del Seso Loco. Les están ganando la partida. La opinión pública les es abrumadoramente adversa. Los que manejan la imagen de la mandataria han fracaso rotundamente y por eso van a empezar a caer cabezas.