Tribuna Campeche

Diario Independiente

EXPEDIENTE | EMPRESARIO DE LA CORRUPCIÓN

Aún más, el incendio de las palapas en la zona de los cocteleros alumbró la corrupción de al menos un funcionario en la Administración de Rafael Alejandro Moreno Cárdenas, que alcanzó posición por la amistad con el secretario de Obras Públicas, Edilberto Jesús Buenfil Montalvo, y el aval del exgobernador interino, Carlos Miguel Aysa González.

Pero también mostró el egoísmo de la insensible, sinvergüenza y mentecata gobernadora Layda Elena Sansores San Román, que rehuyó contribuir a reponer lo perdido. Tampoco informó qué medidas de seguridad tomará su Administración, pues es comentario generalizado que el incendio fue provocado intencionalmente y que por los líos con la policía es nula la vigilancia en muchas zonas.

En el primer caso, la persona a la que nos referiremos hizo fortuna por tráfico de influencias y cercanía con funcionarios de primer nivel, y en el ocaso de esa Administración brincó al Gobierno de Todos los Sansores. Buscó así evitar alguna carpeta de investigación en la Fiscalía Anticorrupción.

Se trata de Geisler Cu Pensabé. En sus años mozos fue cercano a Alito Moreno Cárdenas, y bajo su sombra y la de Buenfil Montalvo llegó a ser regidor del Ayuntamiento de Campeche. De ahí a “martillo” del volante.

En el Gobierno de Jorge Carlos Hurtado Valdez, su habilidad para “mover” su pesada humanidad lo enganchó con el gran maestro de la Logia Masónica de Campeche, el diputado local priísta José Antonio Rodríguez Rodríguez, director del Instituto Estatal del Transporte, que le otorgó placas de taxis, con lo que mejoró su nivel de vida.

Con Fernando Eutimio Ortega Bernés se agarró de Aysa González, tras la muerte de Rodríguez Rodríguez, y permaneció a ras de suelo, hasta que Alito Moreno llegó como candidato a gobernador en 2015.

En esos años de las vacas flacas fomentó la fonda o cocina económica de su cónyuge, denominada El Sabroso, y esperó a que Alito Moreno ganara las elecciones.

Buenfil Montalvo lo hizo su secretario particular, con salario de subsecretario, desde donde manejó los “diezmos” de los constructores consentidos, y obtener esos ingresos le permitieron “subarrendar” un local en cocteleros.

En el proceso electoral del 2021, el taxista olfateó que el futuro estaba en Morena y no en el PRI. Y aunque Cristian Mishell Castro Bello lo hizo operador de su campaña, el día de la elección desapareció… con la lana y todo de la movilización.

En los primeros meses del Gobierno sansorista, Buenfil Montalvo fue sentado en la silla de los acusados por irregularidades en la construcción de la Ciudad Administrativa. La Fiscalía Anticorrupción abrió carpetas de investigación al exsecretario de Obras Públicas y su sobrino, que fue director de esa infraestructura.

Los cintarazos y las amenazas de ampliar a funcionarios cercanos de Buenfil Montalvo las carpetas de investigación, lo convirtió en el Judas, y recurrió al apoyo del homosexual compadre de la gobernadora, Juan Manuel Herrera Real, para salvar el pellejo, a cambio de información.

El Auténtico Sabroso sirvió como restaurante de encuentros del drogadicto sobrino Seso Loco con periodistas afines al sansorismo, y en el Martes del Jaguar, en ocasión del Día de Reyes, donó juguetes al DIF Estatal. Así salvaría el pellejo.

El sábado 11 de mayo, al finalizar el concierto del grupo musical Los Ángeles Azules, el incendio consumió totalmente siete palapas en los cocteleros. El Auténtico Sabroso fue pérdida total.

La supuesta “dueña”, Esmeralda Cu Chan, reveló que las pérdidas por el incendio ascendían a dos millones de pesos. Cifra que un empresario de cocina económica necesitará para reconstruir el negocio, que pocos saben de dónde salió.

Ocurridos los hechos que han llevado a diversas conjeturas sobre los orígenes, diversos actores políticos acudieron a dar el pésame, a barrer y a proponer, excepto quien prometió tener un gobierno de puertas abiertas y acabar con la corrupción.

Lejos de ayudar, la corrupta gobernadora Sansores San Román reclamó a los dueños de los restaurantes que vendieran bebidas alcohólicas sin tener licencias, y que si las tenían, no las pagaban. Críticas insensibles que no abonan a considerar la protección adecuada del sitio, que ha resentido sucesos similares.

¿Qué revela la investigación de la Fiscalía General del Estado? ¿Habrá vigilancia policiaca en ese céntrico lugar? ¿Qué medidas de protección se aplicarán? Nada de eso ha comentado la insensible gobernadora. Tal vez ni siquiera le preocupe, absorta como está en vacacionar y atender el proceso electoral en puerta.

Los campechanos serán recíprocos con ella al votar, pues han visto durante 32 meses sus nulos resultados, su saqueo indiscriminado y una desbordante inseguridad.

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